De la duda y sobre todo de la curiosidad y del deseo de cómo se estaría viviendo el confinamiento por culpa del coronavirus más allá de la realidad que estaba contemplando él mismo, el zaragozano Rubén Nasville (músico pero, sobre todo, ciudadano inquieto del mundo) se inventó Mirando con calma. Un perfil de Instagram a través del que iba publicando las fotografías que le iban haciendo llegar gente de todo el mundo: «Es un proyecto que surge desde el confinamiento y dentro de que yo veía que tenía que generarme una rutina en mi casa... Pero también me apetecía saber más allá de mis fronteras y países porque la televisión, al final, canaliza una serie de imágenes y yo quería saber un poco más, que te mandaran una foto desde Brasil o de cualquier otro lado reflejando esa otra realidad», explica Rubén Nasville.

Un proyecto que, confiesa el autor, nace «sin ninguna pretensión porque no creía que iba a ocurrir nada», y que a día de hoy ya ha publicado imágenes de 200 fotógrafos de 12 países «y siguen llegando cosas nuevas cada día», señala el creador de Mirando con calma. «La cuenta la inauguró mi chica con dos fotos y luego empezó a entrar gente. La clave de esto es que yo lo que no quería era cerrar un círculo de solo fotógrafos especializados sino que fuera algo más global porque las miradas tienen que ser globales y para saber lo que pasa me vale un teléfono o una cámara profesional», reflexiona en voz alta antes dejar claro que él es solo «un gestor» y que los verdaderos protagonistas son «los que han hecho las fotografías. Yo ya te digo que me metí a esto casi solo por mantenerme entretenido...».

Y una vez que se empezó a generar contenido, el proyecto fue creciendo: «Cuanta más gente hay más parece que apetece participar y luego hay una cosa muy bonita. Hay personas que me han dicho ‘Rubén estaba medio depresiva en casa, vi la página y el poder colaborar me hizo levantarme del sofá, ir a mi ventana y buscar las mejores fotos’. Cuando me escriben algo así se me pone la piel de gallina porque no hay que olvidar que los importantes son ellos, yo solo gestiono una página sin más, no tengo más mérito». Eso sentimientos generados le dan a Rubén también mucho ánimo para seguir aportando ideas: «Hace mucha ilusión ver que esto haya valido para que haya ayudado a gente durante esa soledad o aburrimiento sin salida. Ha sido algo muy enriquecedor porque también te ha hecho ver historias más tristes y un poco más duras que las de mi vida diaria».

Mirando con calma ha recibido imágenes de muchos lugares del mundo con una realidad muy diferente a la española tal y como explica el propio Rubén Nasville: «No es que lo que te digan por la tele no sea verdad pero si te cuentan la historia en primera persona del que lo vive o del que la ve, impacta más... Hay fotografías de Lima, de gente que convive en comedores sociales en Mar de Plata que no tienen ni para mascarillas y usan bolsas de protección... Y en lugar de protestar contra nada están ayudando para la causa».

El proyecto también cuenta con un componente estético que no hay que desdeñar ya que la presentación también está muy cuidada: «Quería que el autor de la foto se viera bien y que todo el contenido estuviera cuidado. Por eso opté por un logotipo verde esperanza clarito para darle un toque de positividad a las cosas, no quería ponerlo negro porque ya con lo negro que está todo...», concluye Rubén Nasville.