A unque Babel Med, el mercado-festival que desde hace 13 años se celebra en Marsella (Francia) se anuncia en sus folletos corporativos como un evento de worl music y jazz, su codirector Bernard Aubert sostiene que «la world music es una invención» y que si la música es un sonido que se piensa, lo que Babel Med pretende es que «músicas no folclorizadas sean escuchadas por un público numeroso»,

Público no le falta a la feria, desde luego (según las organización 15.000 espectadores han pasado por los casi 30 conciertos celebrados del 16 al 18 de marzo en los tres escenarios de la gran nave de Le Dock des Suds, en el número 12 de la marsellesa rue Urban V). Y unos 2.000 profesionales de todo el mundo se han acreditado para asistir al fórum, los encuentros, las conferencias y, por supuesto, a las actuaciones propuestas. En fin, un evento de intercamb¡o cultural y también de negocio, celebrado en una ciudad que, junto con sus alrededores, contabiliza más de 40 salas de conciertos.

Un mercado-festival que en la edición de 2017 ha apostado principalmente por propuestas consolidadas, aunque en ese conjunto de artistas sólidos pero con espectáculos de sabor clásico, encontramos varias ofertas singulares con voluntad de renovar el universo en el que se incriben. A ellas vamos, pero déjenme anotar antes que el siempre perturbador Rachid Taha, recibió el Prix Babel Med con el que se reconoce su categoría de «artista excepcional». Lo es, sin duda, pues no solo asentó hace años las bases del rock magrebí contemporánero; también ha ido conformando a lo largo de su carrera un catálogo de canciones que han marcado estilo y carácter.

Taha, fiel a ese caos controlado que caracteriza sus actuaciones, facturó el viernes, 17, un concierto vibrante, vigoroso y espasmódico, con esa banda que le acompaña que suena como un cañón y cuyo nervio enciende la sola presencia de Rachid en en escena.

Pero lo prometido: la lista de destacados, menos conocidos que taha, claro. Chassol, por ejemplo, músico francés que ancla sus orígenes en Martinica. Pianista y compositor escelente (en Babel Med le acompañó un batería), Chassol ofreció el jueves, 16, un atractivo espectáculo audiovisual en el que la música interactúa con las imágenes y sus sonidos: desde los cantos de los animales al soplo de los árboles mecidos por el viento, pasando por el ritmo de las palabras, las percusiones del carnaval o los cantos improvisados de artistas no profesionales.

Otra actuación destacada (el sábado, 18) fue la de la joven formación de Corea del Sur Black String, configurando una especie de pequeña opereta en la que los cantos e instrumentos tradicionales se engarzan con instrumentos como la guitarra eléctrica y las pulsaciones electrónicas en un universo rigurosamente contemporáneo. Y ojo, no estamos ante un grupo de esos llamados de fusión, no; lo de Black String fluye, sin imposturas, de manera natural y cuya intensidad crece según se desarrolla.

La cantante y violinista estonia Maarja Nuut, acompañada por el muy creativo y versatil músico Hendrik Kaljujärv, tambiém proporcionó uno de los grandes momentos de Babel Med. Su tratamiento de las raíces, el juego de bucles sonoros y la búsqueda de un magma sonoro transgenérico y transfornterizo hacen de sus presentaciones una ceremonia a la que es difícil sustraerse.

En otro nivel destacamos las exploraciones del pianista israelí Shai Maestro (formó parte deltrío de su compatriota el bajista Avishai Cohen), a quien la voz de la cantante Neli Andreeva no le aportó mucho; las polifonías occitanas del grupo Uéi, trufadas de pespuntes electrónicos; las buenas ideas, poco desarrrolladas, de Rocca, rapero francocolombiano que mezcla sonoridades orgánicas y sintéticas; los detalles pop, demasiado smooth, en ocasiones, de la pianista francesa de jazz Perrine Mansuy; la tradición caribeña, muy viva, de K’Kustik, de Guadalupe...

En fin, con lo más punzante y lo más asentado, Babel Med ha organizado una decimotercera edición exitosa. que también ha servido a la organización para tomar nota y corregir algunos pequeños fallos tácticos, sobre todo en lo que referente a facilitar a los profesionales acreditados la asistencia a los conciertor, todos ellos repletos de público.