Cate Blanchett, de negro, y Lupita Nyong'o y Amy Adams, ambas de rojo, han acaparado las miradas sobre la alfombra roja de la 71ª edición de los Globos de Oro que ha empezado pasada por agua por un problema en el sistema de riego del hotel Beverly Hilton de Los Ángeles. Ha sido una gala en la que han dominado precisamente estos colores, el rojo y el negro, en los vestidos elegidos por las estrellas.

Blanchett, mejor actriz de drama por 'Blue Jasmine', ha lucido un Armani negro con encajes, transparencias y espalda escotada que ha sido considerado por los expertos en moda como uno de los grandes aciertos estilísticos de la fiesta. De negro también han ido Juliana Marguiles, Zoe Saldaña, Jessica Chastain y la colombiana Sofía Vergara, que ha convencido con un diseño de Zac Posen y un llamativo collar esmeralda de Lorraine Schwartz.

Lawrence y Bullock no convencen

Los rojos, a juego con la alfombra, también han sido muy recurridos. Y ha sido la actriz keniana nacida en México Lupita Nyong'o, candidata a mejor actriz secundaria en drama por '12 años de esclavitud', la que ha dejado huella con un vestido con capa de Ralph Lauren. El mismo color han lucido en sus estilismos, con más o menos tino, Amy Adams, Emma Watson, Taylor Swift o Julia Louis-Dreyfus.

No ha convencido como otras veces Jennifer Lawrence, que ha acudido a la gala con un Dior blanco. Tampoco Sandra Bullock y su tricolor Prabal Gurung, ni Lena Dunham con un ajustado Zac Posen amarillo.

Desfile de embarazadas

Entre las estrellas embarazadas ha llamado la atención Drew Barrymore, con un vestido floral Monique Lhuillier. Mejor impresión han dejado las futuras mamás Kerry Washington con un Balenciaga plateado, Olivia Wilde que se ha ceñido un Gucci verde oscuro, y la española Elsa Pataky, que ha posado de negro junto con su marido, Chris Hemsworth.

La anécdota de la alfombra roja ha corrido a cargo del sistema de riego del hotel Beverly Hilton. Apenas una hora antes de que empezaran a llegar los invitados más conocidos, el sistema de iluminación de uno de los equipos de televisión activó los aspersores de riego del acceso al establecimiento y la alfombra quedó empapada lo que obligó a los técnicos a trabajar contrarreloj para evitar resbalones.