"Este es el último libro de un ciclo sobre una tansición democrática española en la que tuvieron un papel muy destacado (a favor o en contra), los militares. Yo viví eso desde dentro". Javier Fernández López, militar, profesor universitario, escritor y actual delegado del Gobierno en Aragón presentaba ayer en el Paraninfo de Zaragoza su último libro: General Vicente Rojo: Mi verdad (Mira Editores). En el acto, presidido por Marcelino Iglesias, intervinieron la vicerrectora, Natividad Fernández; el decano de Filosofía, Miguel Angel Ruiz; y el editor, Joaquín Casanova.

Se trata de una biografía del militar nacido en 1893 y fallecido en 1966 que "en la guerra civil representó la dignidad y el sentido del deber frente a la barbarie militarista", según indica el propio autor desde la portada. Tras haber publicado obras como El Rey y otros militares , la Biografía de Sabino Fernández Campo , 17 horas y media sobre la ocupación del Congreso el 23-F y su ensayo sobre la Unión Militar Democrática (UMD), Fernández López dio este "giro" retrospectivo hacia la investigación sobre un militar de la guerra civil "por coherencia".

El decano explicó como el autor, "en busca de reconstruir la razón democrática en el ejército" en el tardofranquismo y la transición, tuvo que mirar atrás, hacia "los militares barridos por la guerra". Y explicó cómo la jubilación de una primera oleada de militares de carrera dio paso a los alféreces provisionales muy ideologizados. "Por eso costó democratizar al ejército --dijo, en la transición".

Fernández López declaró que vio abierto el camino para esta biografía cuando hace tres años la familia de Rojo autorizó la investigación de su archivo: "He estudiado la vida de un hombre ejemplar, uno de los hombres más importantes de nuestra historia; honrado y decente, que antepuso los principios a las conveniencias", indicó el autor.

Su libro explica la dura formación del Vicente Rojo niño, que no llegó a conocer a su padre, internado en el colegio de huérfanos de Militares, la pérdida de la madre a los 13 años, alumno aventajado de la Academia de Toledo cuatro cursos más joven que Franco. El interés del joven oficial por poner al día una enseñanza militar obsoleta. Su despego del arribismo africanista del que se aprovecharon otros compañeros de profesión. El hombre católico que permaneció fiel a la República, que dirigió batallas y se mantuvo leal hasta el final. Su exilio, su vuelta a España donde quería morir y su juicio y condena. Y los nueve años en los que se le hizo el vacío más absoluto hasta que murió.