Martínez-Lázaro regresa al género que ha dominado mejor desde Amo tu cama rica, el de la comedia generacional. Y lo hace olvidándose de Ocho apellidos vascos y como si aquel fenómeno no hubiera contaminado su capacidad para seguir disfrutando con el registro fresco y juvenil que ha impregnado buena parte de sus películas románticas. Aquí mezcla lo nuevo con lo viejo, la stand-up comedy con la screwball comedy, y el resultado, que no siempre funciona, le sirve para hablar de temas actuales en clave ligera, como los límites del humor y los micromachismos. beatriz martínez

Miamor perdido

Emilio

Martínez-Lázaro

???