Una de las agrupaciones musicales más queridas de Aragón, especialmente entre sus pueblos, La ronda de Boltaña, cumple 25 años en la música, y lo celebra esta noche, a las 19.30, con un concierto en el Teatro Principal de Zaragoza. Durante más de dos horas de actuación ofrecerán los temas de sus cinco grabaciones en estudio, que comenzaron paseando por la zona del Sobrarbe y más adelante por el resto de poblaciones aragonesas, en más de 900 conciertos.

«Yo creo que la gente que venga a vernos se va a llevar una idea muy aproximada de cómo ha sido la evolución de La ronda estos 25 años», destaca Ignacio Pardinilla, uno de sus fundadores y músicos que adelanta alguna colaboración de gente relacionada con el grupo. «Estarán la Caja de Música, una representación del Coro de Sobrarbe, María José Hernández, que cantará Mermelada de moras, la Orquestina del Fabirol y también Os mosicos d’as Cambras; serán cosas muy concretas, y luego también presentaremos la última canción que hemos preparado para este aniversario, A fuego lento».

reconocimiento / Recientemente se supo que la banda recibirá el 23 de abril la medalla de las Cortes de Aragón, máxima distinción de la institución. «Siempre hemos cantado a Aragón, a sus fiestas, a sus problemáticas, y hemos intentado que nuestras canciones lleguen a la gente y la levanten, que de vez en cuando en esta tierra viene bien que nos den un pellizco», comenta Pardinilla, que sobre el galardón asegura que les «llena de orgullo» porque viene de la «institución que en teoría representa a todos los aragoneses», aunque, insiste, nunca han «pretendido representar el sentimiento aragonés, simplemente hemos cantado nuestras inquietudes, pero sí satisface mucho defender ciertas causas y ver que 25 años después estás todavía haciendo lo mismo sin reblar».

El hecho de que el grupo pise hoy un escenario como el del Teatro Principal, contrasta con sus comienzos en la música, en la calle, buscando el contacto directo con la gente, algo que por supuesto no han perdido. «El escenario te permite llegar a más gente pero es más envarado, y tiene más responsabilidad, porque en la calle, acústicamente, los fallos se notan», bromea Pardinilla. En la década de los 90, cuando La ronda empezó a salir a tocar, «nos costó adaptarnos a los escenarios porque ninguno éramos profesionales», admite el músico, quien personalmente opina que «la calle es mucho más interactiva, estás más en contacto con la gente».

CONTACTO CON LA GENTE / Ese contacto, prosigue, es «el gran tesoro que hemos tenido siempre, el trato con la gente cuando están de fiesta, de forma distendida», y seguramente da para muchas anécdotas. «Una vez, dos jóvenes que habían sufrido un accidente y estuvieron mucho tiempo en rehabilitación nos escribieron diciendo que en los momentos duros de verdad, cuando no veían luz, al final lo único que les recuperaba era escuchar La ronda de Boltaña; eso la verdad es que te emociona», cuenta el músico. Y otra más divertida, «en Ateca, una vez una señora mayor nos vino con un disco que era de Sting. Y le dijimos, señora, ¿y este disco…? Y ella, ya lo sé maño, pero es que mi nieto se ha llevado el mío de La ronda de Boltaña y yo le he cogido este, fírmemelo, fírmemelo», comenta entre risas. Lo que sí recalca es que «de cada pueblo salimos con las pilas cargadas para ir a otro, porque es lo que nos va manteniendo de verdad, si no sería muy duro».

Para el futuro, en la banda tienen una cosa clara, y es que están «encantados, disfrutamos muchísimo y el cuerpo parece que aguanta, con lo cual en principio estaremos en la brecha otros 25 años por lo menos», concluye Ignacio Pardinilla.