El Palacio de Sástago de Zaragoza, dependiente de la Diputación Provincial, ha abierto sus puertas a una nueva y excelente exposición de pintura, dedicada a maestros españoles de los siglos XIX y XX.

Muestra muy significativa y rica, compuesta por casi un centenar de óleos y dibujos pertenecientes a la colección Gerstenmaier, una meritoria iniciativa que en su momento apostó por géneros tradicionales, como el paisaje o la pintura histórica, aparentemente superados por las vanguardias. Hoy, dichas técnicas y registros temáticos regresan con fuerza, así como las firmas que los practicaron, recuperando el interés de la crítica y la admiración del público. Sucede un poco como con la literatura decimonónica española, Pérez Galdós, Pardo Bazán, Bécquer, etcétera, cuyo magisterio vuelve tras largo e injusto olvido.

En las paredes del Palacio de Sástago podemos admirar las pinceladas de autores tan extraordinarios como Joaquín Mir, Anglada Camarasa o nuestro Francisco Padilla. Maestros que no fueron ni mucho menos ajenos a los ismos, que frecuentaron la Roma o el París del último tercio del siglo XIX y primero del XX, que conocieron de primera mano a los surrealistas, a Van Gogh y Gauguin, a Renoir y Manet, y que, en parte, incorporaron sus técnicas, aportando las propias. Maestros como Darío de Regoyos, tanto tiempo igualmente preterido, que trae a Sástago sus característicos paisajes del norte de España, en los que asoma el puntillismo, como también en las vistas de Eliseo Mefrén o en los más reconocidos paisajes de Joaquín Sorolla. Del genio valenciano se exhiben piezas tan excepcionales como Mujer regando o el Retrato de Isabel Herraud.

Francisco Iturrino, el cántabro que acabaría retirándose y falleciendo en Francia, muestra algunas de sus pinturas tachadas de costumbristas, pero que podemos ver ahora a una luz documental, goyesca, incluso. Como goyescos son, desde luego, con ADN y carta de naturaleza, los maestros Zuloaga y Gutiérrez Solana, cuyas pinturas negras nos hablan de lo poco que había cambiado España tras la muerte del genio de Fuendetodos.

Una ocasión inmejorable para disfrutar de Vázquez Díaz, Isidro Nonell, Benjamín Palencia, Aureliano de Beruete, Francisco Domingo y Marqués y una larga lista de pintores mal llamados decimonónicos, aunque cronológicamente lo fueran.