La literatura de espías escrita por autores españoles es una gran desconocida, pero no por ello inexistente.

Un experto en la materia, en casi todos los géneros de intriga, el escritor Fernando Martínez Laínez, nos recuerda que "en nuestro país las tareas de Inteligencia tienen una gran tradición, siendo posible realizar aportaciones literarias interesantes a un género muy consolidado, con características y reglas propias".

El propio Martínez Laínez asegura que España contó con un formidable servicio de espionaje durante sus siglos dorados, XVI y XVII, coincidiendo con la mayor territorialidad de nuestro dominio imperial y con un enorme cúmulo de intereses militares y económicos distribuidos por los cinco continentes.

Pese a ello, paradójicamente, la temática de intriga internacional, política o diplomática no cuajó entre nuestros autores de ficción del siglo de Oro, y tampoco entre los ilustrados.

Aunque podrían rastrearse precedentes decimonónicos en la literatura inglesa y francesa, el nacimiento del siglo XX vería formalmente alumbrar el género de la novela de espionaje de la mano de escritores tan sumamente inspirados como Eric Ambler.

Quien, con títulos como Las máscaras de Dimitrios, sentaría las bases de una disciplina muy del favor y del fervor popular. Graham Greene elevaría rápidamente el género a la categoría de arte literario, insuflándolo con contenidos psicológicos y conflictos políticos derivados de la desmembración de los imperios coloniales. Y John Le Carré, todavía vivo y en activo, se surtiría de los ambiguos pero ricos materiales de la guerra fría para atormentar a sus personajes con caracteres plenos de fatalidad, siempre entre la fidelidad y la traición, entre el servicio y la delación.

Con la loable idea de reasentar el género en España, y editado por el sello Plaza y Valdés, acaba de aparecer una antología de relatos de espías tutelada por José Luis Caballero y por el ya citado Martínez Laínez.

El volumen, que lleva por sugerente título Máximo secreto, reúne un ramillete de relatos firmados por Miguel Agustí, Javier Santamarta, León Arsenal, Sergio Camarasa, Javier Sanmateo, Isaac Peral, Raúl Guerra Garrido y algunos otros autores integrados en el Club 004, y combina la ficción con casos reales, lo que sin duda confiere a la antología mayor peso y valor.