La Asociación de salas de conciertos Aragón en vivo y la Asociación de Salas de Fiesta, Baile y Discotecas, cada una por su lado, aunque en algunos casos juntos, como La del loco de Zaragoza, que aúna la programación de actuaciones musicales con la de discoteca, pusieron ayer de manifiesto su malestar al considerarse discriminadas por no poder abrir durante la fase 3 de la desescalada, que comenzará el próximo lunes, a pesar de que en el caso de la asociación de discotecas su plan de seguridad ya ha sido aprobado por el Ministerio de Sanidad.

La jornada de ayer resultó tensa e intensa para ambas asociaciones. A las 12.30 de la mañana, frente a la Delegación del Gobierno, en la plaza del Pilar, se reunieron varias decenas de empresarios y trabajadores del sector del ocio nocturno para hacer entrega a la delegada del Gobierno, Pilar Alegría, de la guía con las condiciones de seguridad ya aprobadas, y reclamando «el derecho» a poder abrir en la fase 3. «Somos los últimos en abrir, pues a pesar de que en principio lo íbamos a poder hacer en la fase 3 con todas las medidas de distanciamiento y seguridad que se exigían, el BOE del 30 e mayo ha sido un jarro de agua fría, pues se han vuelto a cambiar las bases y ahora todavía no podemos abrir», se quejaba Miguel Ángel Salinas, vicepresidente de la asociación.

«Lo que esta haciendo el gobierno es fomentar los botellones, las fiestas privadas en locales o en casas como si eso no fuese más peligroso que hacerlo en nuestros locales, en los que además de las medidas generales hemos presentado a la DGA unas propuestas en las que incrementamos en Aragón esas medidas, como desinfección con ozono, alfombrillas, termómetros... hemos gastado dinero en adecuar los locales para que ahora no podamos abrir y somos 400 empresas las que estamos en esta situación», recalcaba Fernando Izcara, presidente de la asociación, en su alocución ante la Delegación del Gobierno, un acto que, por otro lado, se realizó en todas las ciudades de España.

Por su parte, los empresarios y promotores del sector puramente musical, es decir de las salas que programan conciertos en la ciudad, mantuvieron a las 13 horas una reunión en el Torreón Fortea con el gerente de Zaragoza Cultural, David Lozano, para exponer su situación, que además de no poder abrir en la fase 3, algo que no depende el ayuntamiento, se agrava con la falta de ayudas municipales a las salas de música en la situación actual, lo que puede hacer que durante el verano muchas de ellas tengan problemas de pago de alquileres al no poder programar. Es más, hasta el momento, el Ayuntamiento de Zaragoza ni siquiera había tramitado las ayudas ordinarias anuales que concede a las salas, 60.000 euros, unos 3.000 por sala, «aunque nos han asegurado que el miércoles ya estará esa ayuda para ser tramitada, pero de ayudas extraordinarias, de momento, nada», lamentaba Patxi Cano, de Rock & Blues y presidente de la asociación, al finalizar la reunión.

Durante la misma, los empresarios y promotores musicales presentaron un documento en el que aparecen esas ayudas específicas que los ayuntamientos de otras ciudades han destinado a la música en vivo, y que van desde 1,55 millones de euros en Valencia, 200.000 euros en Sevilla o 60.000 en Castellón, como ejemplos. «Aquí no hay nada previsto, cuando Zaragoza es un modelo en programación de salas a nivel nacional; hacemos todo legalmente, damos de alta a los músicos y en España nos tienen como ejemplo, de hecho hay grupos que prefieren tocar en nuestra ciudad que en salas de Madrid o Barcelona porque saben que somos serios y, además, estábamos logrando nuevos públicos, gente joven que ve que ir a un concierto es una actividad más que enriquece su salida un viernes o un sábado», señala Cano.

Además, el sector considera que de cara a una programación musical durante el verano se debería contar con ellos ya que el Ayuntamiento de Zaragoza está preparando diversas actuaciones, pero en ningún momento ha hecho ver que va a hacer partícipes ni a las salas ni a los programadores de la ciudad. «Nos hemos ofrecido como profesionales para que cuenten con nosotros, pues muchos somos programadores y eso también sería una ayuda, pero no vemos que haya un plan ni económico ni de programación en la ciudad como sí lo hay en otras», concluye Cano.