Entre los muchos malentendidos que el castrismo ha infligido a la cultura cubana, quizá uno de los mayores ha afectado a la música. Después de 1959, muchos artistas --entre ellos Celia Cruz y el hoy reconocidísimo Bebo Valdés-- acabaron exiliados. "La música cubana estaba condenada a desaparecer", cuenta Cruz que pensó al comprobar en 1972, en un concierto de homenaje a Beny Moré en Nueva York, "la edad promedio de los asistentes". En la isla, además, "el régimen de La Habana le había dado la espalda a la música tradicional del país y había favorecido la canción revolucionaria de protesta". Pero en Nueva York la música cubana empezó a mezclarse con otros ritmos latinos. "Necesitábamos una palabra para reunir todos estos ritmos. La música cubana volvió a nacer en el extranjero, bajo el nombre de ´salsa´".