Bailaores estáticos o en plena actuación y bailaoras sorprendidas en traje de calle y con gesto incipiente son pasado y presente del flamento captados por Carlos Saura en 90 fotografías que desde ayer, y hasta el 16 de septiembre, se exponen en el centro cultural del Círculo de Lectores de Barcelona. La muestra incluye imágenes realizadas entre 1950 y el 2000 y seleccionadas entre los millares de negativos con los que, a lo largo de su vida, el director de cine aragonés ha mezclado dos de sus pasiones: fotografía y flamenco.

Saura (Huesca, 1932) comentó ayer sus inicios como fotógrafo que le llevaron a viajar por la España de los años 50 y 60 y cómo su interés por el cine --36 películas hasta hoy-- le llevó a cambiar de profesión pero sin abandonar nunca la pequeña cámara. "En ensayos, descansos y pruebas --añade--aprovechaba para captar imágenes por el mero capricho de hacerlo, casi como ejercicio mental, como si hiciera yoga".

COMPAÑERO DE VIAJE

La de ahora es la tercera exposición del Saura "fotógrafo compulsivo", como se autodefine. La primera fue El Rastro , con imágenes del mercadillo madrileño, y la segunda, España años 50 , 170 fotos de aquel país devastado y pobre que recorrió en su juventud. Flamenco tiene el complemento de un espléndido libro que hace las veces de catálogo de la exposición y que incluye un texto del autor que da un rápido repaso a la historia de ese baile, comenta su iniciación en el flamenco "como invitado y compañero de viaje" y explica la simbiosis que ha logrado hacer de ese baile con el cine a través de películas como Bodas de sangre , Carmen , El amor brujo y Sevillanas .

La exposición tiene imágenes, todas en blanco y negro, de personajes desaparecidos --Lola Flores, Camarón, Rafael Romero El Gallina , Farruco o Vicente Escudero--; de artistas por los que Saura siente una ferviente admiración, como Antonio Gades --"mi gran maestro"--, y bailaoras como Belén Maya, hija de Mario Maya, destinadas a "revolucionar el baile flamenco femenino".

Saura comparó ayer el interés que el flamenco despierta en Europa con la atracción que el mundo anglosajón siente por el jazz y recordó que en muchos países las únicas películas españolas que conocidas son las suyas de esa ambientación, "y todas pirateadas". El cineasta dice estar convencido de que el baile flamenco está en plena evolución y se muestra prudente a la hora de enjuiciar el resultado de los frecuentes intentos de fusión, que, insiste, "pueden ser una trampa si no los hace gente con talento".

El nuevo proyecto de Saura --tras El crimen de Puerto Hurraco -- nada tendra que ver con el baile y el cante, pero sí con la música. Trabaja ahora en un guión para el cine en torno a Lorenzo da Ponte, veneciano nacido en 1749 de familia judía convertida al catolicismo, que vivió en Viena donde conoció y trabajó con Mozart. El director adelantó que la película narrará el proceso de creación de la ópera Don Giovanni .