Si se les pregunta a los profesionales del sector no saben contestar cuándo fue la última vez que se unieron. Y es que, probablemente, la jornada del 17 de septiembre sea la primera vez en la historia que el sector de los espectáculos y eventos alce una sola voz para gritar a los cuatro vientos que su situación «es límite». Por eso, ese día, el sector saldrá a la calle en varias ciudades españolas (es posible que se una alguna más) y en varias ciudades europeas para, sobre todo, «llamar la atención» sobre la situación que están atravesando provocada por la pandemia y las restricciones impuestas por el gobierno «sin ningún tipo de ayudas específicas», claman.

Zaragoza será una de las ciudades en las que las protestas se harán visibles y, aunque todavía se están preparando las movilizaciones que está previsto que se hagan públicas a lo largo de esta semana, este diario ha podido saber que el plan, que ya ha sido aprobado por la Delegación de Gobierno, es iniciar la manifestación en Macanaz (en fila de a dos personas y guardando todas las distancias y medidas de seguridad) a las 20.00 horas. La idea es llegar a la plaza del Pilar una hora más tarde y, allí, desde un escenario habilitado para la ocasión, pronunciar unas palabras a las 21.30 horas antes de que un cuarto de hora después se proceda a leer el manifiesto nacional. El acto está previsto que concluya a partir de las 22.00 horas cuando se iluminará la fachada del Ayuntamiento de Zaragoza.

Detrás de la coordinación de esta protesta en la capital aragonesa, hay tres asociaciones, Silvis (Asociación de Empresas de Alquiler e equipos de Vídeo, Iluminación y Sonido de Zaragoza), Apporte (Asociación de Profesionales de la Producción, Organización y Realización Técnica del Espectáculo en Vivo) y Astavea (Asociación Sindical de Técnicos/as Audiovisuales y Escénicos de Aragón). Una prueba de que esta vez es todo el sector el que va a alzar la voz.

Para José Manuel Glaría, miembro de la Junta Directiva y portavoz de Silvis, «de lo poco positivo que sacamos de esto, aunque casi me da vergüenza decirlo con todo lo que nos está cayendo, es que nos hemos unidos todos los actores del sector. Hasta ahora hemos ido cada uno a nuestra bola y así nos ha ido...», asegura un_Glaría que aclara que, hasta que se nombre un equipo de comunicación de las movilizaciones del 17S en Zaragoza, habla en nombre de su asociación.

«Nos encontramos ante un sector muy desrregulado lo que ha provocado que una buena parte de él no se haya podido beneficiar de ninguna ayuda durante toda esta pandemia. No estamos considerados y es el momento de visibilizar un sector que tiene una imagen popular muy equivocada». Glaría se refiere a que «mucha gente se cree que los que trabajamos aquí lo hacemos por hobby y eso es un mito. Trabajamos y vivimos de esto». De hecho, el sector del espectáculo y los eventos aglutina a nivel nacional a 700.000 puestos de trabajo y supone el 3,8% del PIBdel tejido económico español. «Imagínate lo que nos ha supuesto esta pandemia. Ha arruinado nuestra facturación», indica Glaría.

En el manifiesto nacional que aunque todavía no se ha publicado ya va moviéndose entre miembros del sector, el mensaje es claro: «Ante la falta de reconocimiento de una vulnerabilidad clara, así como de ayudas concretas por parte del Gobierno, es vital dar visibilidad a la preocupante situación que vive el sector del espectáculo y los eventos. Esta situación límite, que se está viviendo en todo el mundo, ha puesto en marcha iniciativas para dar visibilidad a la situación actual del sector. En nuestro país, esta situación nos lleva a la necesidad de movilizarnos junto a Europa y el resto del mundo».

«Está protesta -retoma el hilo José Manuel Glaría- no va contra nadie, se trata de dejarnos ver y que se vea el vacío legal tan grande en el que estamos y que si no se toma ninguna medida vamos al desastre». Para ello, el miembro de Silvis pone un ejemplo que conoce muy bien: «Yo me decido a suministrar equipos técnicos pero legalmente nos adscriben al sector de la metalurgia, lo cual es un disparate que lleva a situaciones disparatadas. Con el tema de los ERTE, nos hemos podido acoger pero ahora se nos trata como si fuéramos igual que una fábrica que hace tornillos que ya le permiten retomar la actividad. A nosotros legalmente también pero la realidad de nuestro sector es que con los aforos marcados por ley no se puede hacer nada... Estamos hablando de que hemos caído hasta trabajar el 10% de lo que lo hacíamos y, en algunos casos, el 0% directamente», denuncia un Glaría, que tiene clara una cosa: «Somos los invisibles dentro del mundo de los olvidados».

Y es que a la situación económica trágica provocada por la pandemia se une otro problema, la incertidumbre: «¿Cuándo vamos a volver a trabajar? No sabemos nada. Y, por otro lado, no somos tontos, sabemos que de esta crisis van a salir las arcas públicas arruinadas y que la inversión en cultura va a volver a estar cercana a cero. Creemos que tienen que dar amparo a un sector del que solo se preocupan cuando llegan las elecciones porque necesitan que les montemos un evento con todas las garantías técnicas. Que nadie olvide que esta grave crisis va a dejar también un agujero en el mercado de trabajo cultural», concluye.