Cuando inició su viaje a pie, en 1933, Patrick Leigh Fermor tenía solo 18 años. Seis años después encontró una forma muy diferente de encauzar su espíritu aventurero. Con el grado de mayor de las fuerzas especiales británicas participó en el secuestro del general Kreipe, jefe de las fuerzas alemanas en Creta. Su compañero de armas W. Stanley Moss lo explica en Mal encuentro a la luz de la luna (Acantilado).