Los museos públicos más importantes de Europa no tienen sus obras de arte aseguradas ni se plantean hacerlo. El elevado coste de las pólizas, el incalculable valor de algunos lienzos y la convicción de que el dinero no puede compensar la pérdida de ciertos cuadros lleva a los responsables museísticos a prescindir de una garantía que, según los expertos, encarecería en sobremanera el acceso a las pinacotecas.

Los centros de arte públicos sólo aseguran las obras que reciben en préstamo, mientras los privados deciden, en muchas ocasiones, en razón de aspectos fiscales o financieros.

Marco Fossi, portavoz del organismo que gestiona los museos de Florencia, aseguraba ayer que el coste del seguro de las exposiciones temporales, a cargo siempre de los organizadores de la muestra, oscila entre el 0,7% y el 1% sobre el valor estimado del cuadro, lo que supone que, en algunos casos, la póliza pueden alcanzar los 500.000 euros por cuadro.

En Madrid, El Prado y el Thyssen-Bornemisza sólo aseguran las obras que reciben en préstamo para exposiciones temporales. En París, Serge Lemoine, director del Museo d´Orsay, recuerda que, en Francia, el Estado es su propio asegurador y que, en consecuencia, no parece lógico que pague dos veces por un cuadro. El portavoz del Rijksmuseum de Amsterdam justifica la ausencia de seguros por el valor mismo de las obras de arte: "Las obras son únicas y no pueden ser sustituidas, ni siquiera con dinero, porque ¿quién fijaría el precio?".