No es un mito, sigue siendo una realidad. Para disfrutar en fin de semana del menú del restaurante La Senda hay que esperar hasta el próximo mes de julio, como mínimo. Sin embargo, resulta relativamente sencillo encontrar un hueco entre semana con varios días de antelación. Es el problema y la ventaja de atender tan sólo a 18 comensales como máximo, que disponen únicamente de un cuidado menú degustación.

David Baldrich sigue siendo un maestro a la hora de combinar sabores y texturas, realzando alimentos más o menos cercanos, a los que aporta una nueva dimensión palatal. Su imprescindible Huevo Senda, presente siempre en todos sus menús así lo demuestra: huevo, patata, cebolla, jamón, hongos y miel, en una alianza inolvidable, pletórica de sabor, que invita a mojar más y más pan.

Con su traslado al centro de Zaragoza, La Senda ha ganado en espacio y calidez, con un equipo joven y consolidado, capaz de atender a la clientela en su viaje por las sensaciones gastronómicas. Y Baldrich no pierde la pasión por la cocina ni las ganas de sorprender. De hecho, próximamente incorporará un nuevo menú, más largo y jugando con otro tipo de productos, que complementará al actual.

Un menú, de siete pases incluido el postre, con el huevo a la mitad, que se sirve por 33 euros, sin incluir la bebida. Y que actualmente se compone de Boquerón, albahaca y limón: albahaca texturizada, boquerón y su helado, y lemon curd; Txistorra, hummus y gambas: caramelo de txistorra del Molino de Urdaniz, hummus y salsa de gamba al ajillo; ¿Hacemos manitas? Manitas rebozadas, crema de coliflor, salsa de carne y katsuobushi; Huevo Senda: huevo a baja temperatura, salsa de cebolla y miel, jamón, hongos y ceniza de patata; Pescado, según mercado; Cordero a la menta: cordero a baja temperatura, yogur de pepino y menta, y pipas garrapiñadas; Pantera Rosa: bizcocho de azahar, violeta, hibisco, chocolate blanco y pantera rosa.

Una propuesta bien diseñada, rítmica, con subidas y bajadas, un viaje que adentra al comensal en otros sabores y territorios, a partir de elementos comunes, humildes y bien conocidos. El inteligente uso de los aderezos exóticos, el justo punto de las sazones, los juegos de texturas y temperaturas, incluso los guiños intelectuales son habituales en una cocina que cada vez aparece más consolidada y madura.

Todo ello con una bodega que busca salirse de los caminos trillados, con vinos diferentes y poco conocidos.

Y si tiene urgencia por disfrutar de las creaciones de David Baldrich, siempre le queda la posibilidad de acercarse a La Senda Tapas, en Jesús Lorente, 17, donde nunca falta el clásico huevo y el cocinero muestra su versión más clásica -croquetas, cebiches, manitas− junto a propuestas más radicales. Disfrute de ambos.

Restaurante La Senda

Hernán Cortes, 15. Zaragoza. 976 258 076. restaurantelasenda@hotmail.com. Horario: De 13.30 a 15.15 y de 21.30 a 22 horas. Cierra domingos y lunes al mediodía. Menú degustación: 33 euros, bebida aparte. Admite tarjetas. Imprescidible reservas. Buen acceso minusválidos.