El canto de la selva es otra de esas películas que manejan ficción y documental para contar una historia inventada que es muy real. Mezcla de antropología y poética, recrea la existencia de una remota comunidad indígena brasileña y captura, especialmente, la relación que sus habitantes tienen con la muerte, su verdadero sentido y su simbología. La anécdota se estira porque la pareja de cineastas parece quedar atrapada en esa forma de vida y en la comunión lógica con la muerte. Apenas pasa nada; el filme prefiere constatar el paso del tiempo, que ya es mucho.