La SGAE sigue en el punto de mira internacional. La CIAC (Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores) ha remitido un informe al Ministerio de Cultura y Deporte exponiendo su decisión de avanzar en el proceso de expulsión de la SGAE y aconsejando «la urgente intervención pública temporal para evitar el desmoronamiento de la entidad española». El demoledor documento al que ha tenido acceso este diario afirma que la SGAE «está haciendo peligrar el modelo de gestión colectiva en España» debido a una conducta que «ha tenido un efecto perjudicial sobre muchos socios».

Las quejas de la CISAC son muchas, pero refiriéndose explícitamente a la rueda, sugiere que ha habido cierta complicidad por parte de la SGAE, ya que «tanto a nivel de alta dirección como desde sus órganos de gobierno» se ha permitido «deliberadamente» su existencia. Tras comprobar que la entidad no ha mostrado «una voluntad clara de subsanar las deficiencias», califica la actual situación de «estancamiento crónico» y considera «aconsejable y conveniente» la intervención ministerial. Sería la forma más eficaz de evitar lo que cada vez parece más inevitable: la expulsión temporal o definitiva de la SGAE de una confederación que agrupa a 239 entidades de 121 países.

La CISAC llevaba años observando desde la distancia las informaciones que se publicaban sobre la SGAE y a finales del 2016 decidió tomar cartas en el asunto. El artículo 8 de sus estatutos indica que sus afiliados deben trabajar «por el bien común de los creadores y editores en su conjunto y no a favor de un grupo particular de creadores y editores» y, en base a este, carga contra el entramado de la rueda televisiva, fenómeno específicamente español que consiste, según sus palabras, en destinar «una parte desproporcionada (de dinero) a las obras musicales que se emiten durante las horas de madrugada, cuando apenas hay audiencia o ingresos publicitarios para las televisiones, perjudicando a los autores del resto de obras musicales que no participan de esa práctica». Aunque en julio del 2017, la SGAE asumió unas nuevas reglas de reparto aconsejadas por un organismo imparcial, una sentencia judicial las anuló y, en opinión de la CISAC, volvieron a producirse «las distorsiones y falta de equidad que caracterizan los repartos de la SGAE».

El consejo de administración de la CISAC recomendará en la asamblea general de la CISAC que se celebrará el 31 de mayo en Tokio la expulsión de la SGAE. Y es difícil que la asamblea no la apruebe. ¿Y qué se entiende por un cambio de escenario? La CISAC lo tiene claro: si el Gobierno interviene la SGAE, ya no será necesaria una sanción.