El pasado sábado, la Academia del Cine Aragonés reconoció su trabajo como director y guionista en Los hombres de verdad no lloran con dos estatuillas de los premios Simón. En aquel rodaje, Lucas Castán estuvo a cargo de un equipo de 40 personas y desde que se estrenó hace un año y medio no ha parado de recorrer festivales de talla mundial, como el Seattle International Film Festival. Ahora, se dice «muy feliz» y sigue a la espera de sacar otro proyecto adelante mientras imparte clases de realización audiovisual en la Universidad San Jorge.

-¿Qué tal las sensaciones tres días después de hacerse con dos premios Simón?

-Muy bien, es una alegría. Cuando te reconocen el trabajo realizado, y más cuando es en tu casa, siempre es muy especial. Ya llevamos más de 80 selecciones en festivales y 28 premios, por lo que he ido a festivales en los que me han premiado y otros en los que no.

Al final te acostumbras a ir sin demasiadas expectativas, aunque con ilusión, para no llevarte decepciones.

<b>-Contaban con ocho nominaciones y no fue la producción más galardonada. ¿Le molesta?</b>

-A mí me alegra que los premios estuvieran repartidos porque es una forma de dar difusión a todos los trabajos. Ojalá les vaya bien a todos mis compañeros, porque eso significará más difusión para todos. Lo bonito también es que todas eran historias completamente diferentes, cada una de su padre o de su madre.

<b>-Fue una gala muy reivindicativa y feminista. ¿Qué le pareció? </b>

-Me pareció muy bien. Creo que este tipo de eventos son el lugar adecuado para difundir ideas y reivindicar. Ahora bien, la cuestión no se debe quedar solo en la reivindicación y hay que intentar trabajar para conseguir cosas reales y que la gente no se olvide del mensaje unos días después de la gala. Si existen esas diferencias, hay que intentar subsanarlas.

<b>-Usted, como hombre, ¿ha sido consciente de esas diferencias alguna vez?</b>

-Yo soy un recién llegado al mundo del cine y no me he encontrado grandes contrastes. Para mí mismo ya es muy difícil abrirme paso en el mundo del cine y no sé si a mis compañeras les costará más, pero creo que sí. No creo que esta sea una reivindicación vacía, pero desde luego yo todavía no tengo las herramientas para hacer algo al respecto más que apoyarlas. Es muy necesario que haya historias contadas por mujeres porque son la mitad de la imaginación del mundo y tienen una sensibilidad diferente. Si ellas tienen trabas, todos los demás perdemos.

<b>-Este año no hubo ni un solo largometraje nominado y se mezlaron cortos con series. ¿Se hace poco cine en Aragón?</b>

-Las ocho nominaciones que conseguimos para nosotros fueron una alegría pero a la vez implica que este año no ha habido largometrajes, sí. Esta es la realidad.

<b>-Y con respecto a las categorías, ¿cree que estuvieron bien repartidas?</b>

-Los premios Simón tienen poca vida y creo que poco a poco van a ir perfeccionándose. Es cierto que hay categorías que son un pequeño cajón de sastre, en el que están banda sonora, artes y otras cuestiones que creo que estando juntas no se pueden valorar igual. Tampoco se puede valorar igual la dirección de fotografía en un corto que en un largo o una serie de televisión, como ha pasado este año. Pero bueno, es cuestión de tiempo, solo llevan 7 años entregando estos premios.

<b>-La parte buena es que los cortos tuvieron mucho protagonismo, algo que en las galas de cine suele ser poco habitual.

</b>-Sí. El problema de los cortometrajes es que fuera de los circuitos festivaleros tienen muy poca visibilidad, porque no hay público ni hay una taquilla. Nadie paga por ver cortos. Por su duración se podría esperar que tuvieran un consumo más casero, pero se quedan en tierra de nadie porque el público objetivo que puede estar interesado en ver cosas más breves que una película ahora mismo está consumiendo series.

-Hace poco se anunció que se va a bajar el IVA del cine. ¿Qué le parece?

-Muy bien, aunque también te diré que además de que cambien las políticas públicas en cuanto al cine, me gustaría que cambiase esa idea tan dañina de que el cine es una industria subvencionada. En otros países, como en Francia, el cine está considerado como patrimonio del país y eso es lo que me gustaría que pasara aquí. De primeras puede que sea más difícil ver el valor que puede tener este para la sociedad, pero a largo plazo es una muy buena forma de mostrar al mundo cómo es España.

<b>-¿En qué está trabajando ahora mismo Lucas Castán?

</b>-Dado el impulso que me ha dado Los hombres de verdad no lloran estoy escribiendo otra vez. Quiero hacer un largometraje, o por lo menos llegar a escribirlo. Si consigo reunir fuerzas y sacar el proyecto adelante, a lo mejor en un año y medio o dos años lo intento. Y si no, volveré al mundo de los cortometrajes.