3Estreno: 1 de enero. Mark Wahlberg, Taylor Kitsch, Ben Foster, Emile Hirsch, Eric Bana. 3Título original: 1'Lone survivor'. EEUU. 121 minutos

De contener menos proclamas patrióticas, El único superviviente sería una buena película de guerra basada en la fisicidad en un entorno hostil y la lucha por la simple supervivencia. Si pudiéramos aislar los clichés épicos y las sentencias triunfalistas de los rudos marines que protagonizan el relato, no solo tendríamos una película distinta, sino toda una cinta disfrutable, pero el caso es que todo tiene su peso.

Porque el neoyorkino Peter Berg, actor, productor y director, es cineasta adecuado para un estilo directo y de impacto sea en la comedia bárbara (Very bad things), en la reinvención del superhéroe doméstico (Hancock) o en el cine de guerra (La sombra del reino, también ambientada, como esta que tratamos, en la contienda del Golfo), rueda tiroteos, caídas por barrancos (en las que notamos el crujir de los huesos al impactar contra las rocas) y escapadas hacia ninguna parte con encomiable naturalidad.

Pero luego, en este caso en El único superviviente, nos encontramos el canto al marine épico, o la imposible dramatización de la relación entre ese único superviviente y la familia afgana que cuida de él arriesgando su propia vida sin que se nos explique por qué, y el afecto que le profesa un niño en el momento de la despedida, y otras muchas cosas por el estilo.

Ideologías más que abyectas y realizaciones imaginativas pueden ir de la mano (ahí está un soberbio documental, El triunfo de la voluntad, que sin embargo es una loa a las excelencias del nazismo), pero en la película que nos ocupa, ni la puesta en escena es tan original, aunque sí cumplidora, y el tópico abunda por doquier en el texto.

Q. C.