Meg Ryan y Billy Crystal son un recordatorio de que lo difícil no es alcanzar la cima sino, una vez en ella, no despeñarse. Cuando Harry encontró a Sally los convirtió en superestrellas, pero ella no rueda un filme desde el 2009 y desde el 2002 él solo ha rodado una. Curtido en la comedia televisiva, Crystal apareció en La princesa prometida (1987) y Tira a mamá del tren (1987) antes de conquistar Hollywood en la piel de Harry Burns. Cowboys de ciudad (1991) fue un nuevo éxito, pero su estrella perdió brillo hasta que Una terapia peligrosa (1999) lo puso de nuevo en el mapa. Aparte de la fallida Abuelos al poder (2012), su trabajo más destacable en cine desde entonces ha sido poner voz al bicho Mike Wazowski en Monstruos S.A. (2001) y Monstruos University (2013). Prácticamente una desconocida cuando interpretó a Sally Albright, Ryan se convirtió en los 90 en la reina de las comedias románticas, sobre todo gracias a tres películas junto a Tom Hanks: Joe contra el volcán (1993), Algo para recordar (1993) y Tienes un e-mail (1998). Pero fracasó en su intento de dar un giro a su carrera: tanto Prueba de vida (2000) como En carne viva (2003) fueron vapuleados por la crítica. En los últimos años ha dado más que hablar por sus retoques estéticos. En el año 2015 debutará como directora con Ithaca, , drama ambientado en la segunda guerra mundial.