En el capítulo Notas breves sobre el arte y el modo de ordenar libros de su obra Pensar/Clasificar, Georges Perec advierte que una biblioteca que no se ordena se desordena. A continuación, clasifica dos tipos de desórdenes: el espontáneo y el que exalta la frialdad eficaz del gran ordenamiento. Entre ambos, anota, siempre se termina por ordenar los libros, una operación desafiante y deprimente; razón por la cual evitó organizar la mayoría de sus libros: "Los que no están ordenados de un modo definitivamente provisorio lo están de un modo provisoriamente definitivo, como en el Oulipo".

Aunque lo cita, Víctor Solanas-Díaz (Tolosa, 1977) no sigue a Perec cuando organiza por bloques y en orden alfabético los libros del escritor austriaco Thomas Bernhard traducidos al español, en la serie Korrektur (Corrección). Y quizás para no caer en la mezquina tentación de la burocracia individual, al decir de Perec, que consiste en situar cada cosa en su lugar y encontrar un lugar para cada cosa, y viceversa, Solanas construye los bloques de libros con evidente impulso escultórico capaz de trastocar la rigidez del sistema clasificatorio y "retener el objeto intelectual hasta su dominio absoluto", como Bernhard escribiera en Corrección. Los tejuelos que corresponden a los libros contenidos en las prensas de madera, sujetas por sargentos metálicos, se presentan en una placa de Petri, habitual en microbiología. La sensación de hermetismo no liga bien con la literatura de Bernhard. ¿Por qué, entonces, Bernhard?: por cumplirse veinticinco años de su muerte. Dudo que complaciera este tipo de homenajes a Bernhard, cuyos restos reposan en Viena en una tumba sin nombre, como él quiso.

Korrektur (Corrección) ocupa la tercera sala del palacio de Montemuzo. La primera está recorrida perimetralmente por Die macht der gewiohnheit (La fuerza de la costumbre), una instalación articulada por bloques de matrices de etiquetas adhesivas archivadas en fundas de plástico. Solanas ha despegado algunas etiquetas según diferentes fórmulas que incluyen desde algoritmos a procesos aleatorios, al modo de las experiencias realizadas por el grupo experimental literario Oulipo. Todas las etiquetas acogen diversos tipos de signaturas referidas a los libros de Bernhard. En la segunda sala se presenta Einfach kompliziert (Simplemente complicado), secuencias de papel en escritura Braille con el análisis de Solanas sobre Bernhard. La fisicidad del papel desplegado en tiras verticales contiene en la huella impresa del tecleado el contenido de su reflexión, que almacena en grabación sonora para quienes desconocemos el sistema de escritura.

"Si existiera un lenguaje que fuera comprensible, todo lo demás sería superfluo", escribió Bernhard. Ahí radicaría el hermetismo, no en su literatura.