El diestro Álvaro Lorenzo cortó la única oreja del festejo con el que se abrió ayer ayer la Feria del Ángel de Teruel (con tres cuartos de entrada), en una tarde marcada por la invalidez y falta de casta de los toros que saltaron al ruedo turolense. El trofeo vino en el segundo de la tarde, un toro noble y en el límite de todo, pero al que Lorenzo supo sacar partido gracias a la suavidad con la que le trató. En el quinto lobró vuelta al ruedo tras petición. Miguel Ángel Perera consiguió palmas y división al saludar y Pablo Aguado, palmas y ovación.