La veterana banda Simple Minds visita estos días España para ofrecer conciertos en el Auditori de Barcelona (anoche) y en el Teatro Circo Price de Madrid (mañana, 2 de mayo) para revisar su repertorio en clave acústica. Nos habla por teléfono su líder, Jim Kerr, con un fuerte acento de Glasgow que disimula cuando canta.

-Especialmente desde mediados de los 80, Simple Minds son conocidos por hacer música grande. De hecho, ‘Big music’ fue el título que dieron a su último álbum de estudio. ¿Cómo surgió la idea de bajar de escala y grabar un disco como ‘Acoustic’?

-Era algo que no me había apetecido en los últimos 20 años. Durante la promoción del anterior álbum accedimos a hacer una sesión acústica para el programa de Chris Evans [en BBC Radio 2], casi como un favor. Y la reacción fue fabulosa. Nos pidieron hacer más sesiones de este estilo, pero nos negábamos. Hasta que hace un año, un festival acústico suizo [el Zermatt Unplugged] nos ofreció un montón de dinero. Nos miramos y nos dijimos: «Igual tampoco es mala idea, ¿no?» (risas).

-Y la reacción fue fabulosa y pensaron en grabar un disco, ¿no?

-Paramos en seco con la continuación de Big music y nos pusimos a pensar en un elepé acústico.

-¿Qué han descubierto sobre su propia música en los procesos de adaptación? Muchos grupos suelen decir en estos casos: «Sin saberlo, siempre fuimos un grupo folk…»

-No, eso tampoco, aunque Belfast child tenía un elemento celta. Pero sí que pudimos ver que erámos mejores compositores de lo que creíamos. Grabando las canciones con menos pompa sonora, hemos visto que igual el sonido no era tan básico para que funcionaran.

-¿Trata de estar muy al día en cuanto a nuevos grupos?

-Tengo un amigo, un locutor de radio, que me envía cosas que pueden gustarme. Pero para serle sincero, encuentro muy pocos grupos del estilo de Simple Minds. Todo es R&B. ¿Cuándo fue la última vez que vio a una buena banda joven en directo? No sé si es por motivos económicos. Sale más a cuenta ser Ed Sheeran.

-Yo creo que sí hay grupos jóvenes que deben algo a Simple Minds. Por ejemplo, CHVRCHES, con cuyo Iain Cook han colaborado.

-Trabajé con Iain antes de que existiera CHVRCHES. Mi madre estaba muy enferma y fui a Glasgow para estar con ella, pero no hacía más que decirme, «¿Qué haces aquí sentado? Tú solo eres feliz cuando estás trabajando». Iain vivía cerca y teníamos un amigo en común que me llevó a conocerle. La conexión fue instantánea. Hicimos diez canciones juntos. Dos de ellas [Honest Town y Blood Diamonds] acabaron en el último disco.

-No debe ser la primera vez que se lo piden, pero quiero que nos cuente cómo acabaron en la banda sonora de ‘El club de los cinco’. Por favor.

-Nuestro sello de EEUU, A&M, había empezado a participar en películas. Por entonces, John Hughes hacía grandes bandas sonoras y era un fan del pop electrónico inglés, así que A&M se empeñó en que contara con nosotros. Nos enviaron la maqueta de la canción y… no estaba mal, pero no era nada del otro mundo. Y, además, estábamos muy ocupados.

-¿Qué les hizo cambiar de idea?

-John Hughes, que vino a visitarnos a Glasgow y acabó pasando tres días con nosotros. Era fan de la banda, además de buen tipo. Si al final accedimos fue más que nada por lo bien que nos cayó. Y acabamos dándole un poco la vuelta a la canción.

-En cuanto a los conciertos, ¿serán acústicos al cien por cien?

-Sí, pero que la gente tampoco se espere a dos tipos en un taburete. Tenemos una banda amplia y el sonido es energético y animado.