El Sónar de Barcelona culminó ayer o su 24ª edición (a la espera del concierto de clausura, este domingo en el Auditori, con Death speaks, de David Lang), pero ya piensa en la siguiente, la del 25º aniversario, una «celebración» encaminada a «reflejar la actualidad y adelantar un poco el futuro», señaló uno de los directores del festival, Enric Palau. Ese 25º Sónar se apuntalará en los buenos resultados de este año, en que se ha batido el récord histórico de asistentes, con un total de 123.000. Cifra que supone 8.000 más que el año pasado y 2.000 más que en la hasta ahora edición más multitudinaria de la muestra, la del 2013. El Sónar sigue en forma: este año ha roto su techo de público sin valerse de conciertos de figuras extremadamente populares, imponiendo su marca y sus contenidos en expansión por encima del efecto star system.