George Michael reconoció hace años estar harto de la fama que le persigue. Vender 80 millones de discos en todo el planeta tiene un precio que él se resiste a pagar. "El show business no me interesa. A mí lo que me gusta es comunicarme a través de mi página web con mis seguidores. Allí encuentro a la gente que me interesa", dice. George Michael por parece hablar desde la impostura. Simpático y locuaz, el cantante de la barba de diez días se mostraba preocupado por resultar cercano.Hasta la incipiente barriga que se dibujaba bajo su camisa blanca ayudaba a hacerle más humano. Michael habló de música y guerra, pero sobre todo de sentimientos. Las muertes de su madre y de su anterior novio, Anselmo, le sumieron en años pasados en una depresión que le alejó de las tiendas de discos durante ocho años. "Después de lo que he vivido, ahora me siento más valiente que nunca. Todos mis discos son autobiográficos, pero éste quizá lo se más. Mucha gente me sigue porque ven que soy honrado, porque me dirijo al corazón de las personas".