Faltaba media hora para que se estrenara el documental dedicado a la Banda del Canal por su 40º aniversario, La noche de Zaragoza, y los cines de Palafox parecían cualquier club americano de música en directo. Eran los propios artistas los que recibían a los invitados (se agotaron las cerca de 1.000 plazas que había disponibles en la sala 4 de los cines zaragozanos) como mejor saben hacer, al ritmo del banjo, la trompeta y los demás instrumentos. En la entrada, la venta del libro, que incluía también un USB con el documental, como si fuera una orquesta, también marchaba a buen ritmo.

Era un día especial ya que era la única vez que se iba a proyectar el documental en pantalla grande así que no se lo quisieron perder ni Joan Manuel Serrat, que participa en el mismo interpretando una canción, ni el director del mismo, José Luis García Sánchez: «Es un experimento, he querido que las imágenes expresasen por sí mismas por lo que no es un documental como tal. Hay una historia de un tranvía que recorre Zaragoza y que une a Serrat con una canción alemana de principios del siglo. Es la historia de Zaragoza mostrada por una banda y que cada cual ponga en marcha su memoria», desgranó.

A su lado, Joan Manuel Serrat, que tuvo tiempo para rememorar esa línea del tranvía: «Yo soy más de las Delicias que de Torrero, de ahí supongo que el homenaje de toda la película a esa línea de tranvía número 5 (que originalmente unía a la plaza Constitución con el barrio de Torrero pero que posteriormente se fusionó con la línea 3 lo que alargó su recorrido hasta el barrio de las Delicias)», medio bromeó el artista que pasó muchos veranos en casa de su tía que residía en las Delicias.

Serrat también tuvo tiempo de explicar su unión con la banda de músicos. «Me siento en contacto con la banda porque representa esta forma de entender la música de manera libre, feliz, de manera compartida con la ciudad y el oficio.

«LA CUNA DE MI MADRE»

Serrat tampoco quiso dejar de recordar a «la cuna de su madre» y de sus abuelos lo que le coloca con orígenes aragoneses y desveló que para él ha sido un disfrute colaborar con la Banda del Canal: «Ha sido una experiencia muy agradable, me lo he pasado muy bien, hemos disfrutado mucho haciendo la canción y me siento muy cómodo en este experimento como lo califica mi amigo y maestro José Luis García Sánchez».

Para entonces pasaban quince minutos de las siete de la tarde y la gente ya estaba aposentada en sus asientos (tarea nada sencilla cuando hay cerca de 1.000 invitados) esperando el comienzo de La noche de Zaragoza. Por delante, 55 minutos de la historia de Zaragoza del siglo XX.