En 1973, Juan López, Jan, recibió el encargo de realizar una obra que sirviera de parodia a Superman. El gran dibujante se lo imaginó con bigotillo, a la manera de un español corriente de la época, oficinista anónimo, apasionado del fútbol y del café con leche con cruasán, acompañado en sus penurias por su novia Luisa Lanas y su amigo pelirrojo Jaime. Un personaje, en fin, capital de la historia del tebeo español que marcó la inquieta infancia de Javier Ruiz Caldera, repleta de cómics y películas, de fantasía y ciencia ficción. Hace diez años, el director ya intentó sin éxito llevar al cine las aventuras del tronado superhéroe español, pero hoy, tras un arduo y extenuante trabajo derivado de la complejidad del proyecto, el viejo sueño de Ruiz Caldera echa al fin a volar. Con Superlópez surcando los cielos con los dedos en forma de cuernos, faltaría más. «Yo crecí leyendo el tebeo de Jan y recuerdo su sentido de la maravilla, esa mezcla de comedia, de costumbrismo, de acción y de aventura… Y mi propósito ha sido recuperar esa sensación, esa magia», explica Ruiz Caldera en conversación con este diario, justo antes del estreno de Superlópez en el Festival de Sitges, donde fue proyectada este viernes fuera de concurso. Dani Rovira interpreta al superhéroe patrio, del que conoceremos los orígenes en el remoto planeta Chitón, la accidentada llegada cósmica a España, los primeros años en compañía de sus padres adoptivos, y la edad adulta como discreto oficinista bajo las órdenes de su amigo y jefe Jaime (Julián López). Antes, por supuesto, de enfrentarse en duelo a lo Transformers a la gran villana de la función (Maribel Verdú), procedente también de Chitón.

«No queríamos adoptar ningún cómic existente, porque se habría hecho demasiado evidente lo diferente que es el lenguaje del tebeo y del cine», relata Ruiz Caldera. «Con los guionistas [Borja Cobeaga y Diego San José] vimos que en los cómics hay una elipsis brutal desde que llega el bebé desde Chitón a la Tierra hasta que se pone a trabajar y es novio de Luisa Lanas. ¿Qué pasó ahí en medio? En esa elipsis hemos metido la película. Nos gustaba la idea de explicar quién le había hecho ese traje tan mal hecho, cómo aprendía a descubrir y a usar los superpoderes…». Y ahí está, finalmente, esta suerte de parodia u homenaje al referencial Superman de Richard Donner, cargada de chispa y humor, de aventuras y romance, de costumbrismo y fantasía, con el inequívoco sello pop de Ruiz Caldera.

Y de toneladas de efectos especiales. «La complejidad técnica ha sido una de las razones por las que ha costado tanto tirar adelante el proyecto. Jan y Superlópez merecían que cuando vuele, vuele bien», cuenta el director, volcado en elogios hacia su equipo técnico. «Es que es la misma gente que ha hecho la ola de Lo imposible o los dragones de Juegos de tronos, así que es normal que haya salido bien».

En el jardín del Hotel Melià Sitges, centro neurálgico del festival de Sitges, Dani Rovira y Julián López también atienden a la prensa en lo que es una jornada frenética, casi hiperactiva, con presencia de algunos de los máximos responsables de la producción, como Antonio Asensio Mosbah (Zeta Cinema) o Ghislain Barrois (Telecinco Cinema). Rovira, muy elegante con americana y barba cuidada, bromea sobre su condición de superhéroe. «A ver, de niño siempre se fantasea y yo quería ser Pipi Calzaslargas, porque me flipaba su libertad tan anarquista. Pero jamás habría podido imaginar que acabaría siendo un superhéroe», explica el protagonista a cuya vera se sienta el siempre hilarante Julián López. La pareja, sobrada de carisma y simpatía tuvo palabras de elogio para la gran ausente en la fiesta, la siempre fabulosa Alexandra Jiménez, aragonesa que interpreta a Luisa Lanas, novia de nuestro héroe. «Es la actriz total. La comedia le sale por los poros», concluyen.