Entre la amplia gama de experiencias con que Salvador Dalí construyó su propio personaje, no faltó una estancia entre rejas. El artista pasó nueve días incomunicado en la prisión de Figueres y otros 12 internado en el centro penitenciario de Girona. Dalí, orgulloso de su paso por la cárcel, magnificaba esta experiencia y solía comentar que había durado tres meses.

Pese a que la tendencia del pintor a la fantasía y la exageración hace complicado, incluso para sus biógrafos más solventes, discernir entre la realidad y la ficción, esa estancia en la prisión está documentada. El expediente penitenciario del artista, que el historiador de Girona Josep Clara rescató de los archivos hace 10 años, detalla que el joven Dalí estuvo entre rejas desde el 30 de mayo hasta el 11 de junio de 1924.

UN BUEN RECUERDO

Sin embargo, el motivo de la detención continúa siendo una incógnita. "No se saben exactamente las causas; podría ser por una represalia contra su padre, que se había enfrentado a la dictadura de Primo de Rivera, o como consecuencia de unas protestas que el propio Dalí había protagonizado unos días antes durante la visita de Alfonso XIII a Figueras", explica Josep Play , comisario del Año Dalí, quien añade que el pintor tenía un buen recuerdo de sus días en prisión: "Siempre decía que esta experiencia había sido importante porque le permitió reflexionar sobre sí mismo; decía incluso que le había provocado un gran placer, aunque esto hay que ponerlo en tela de juicio porque seguramente lo hacía para provocar".

El artista también dijo en otra ocasión que "sólo se pueden crear cosas maravillosas dentro de una prisión", tal como recuerda el alcalde de Figueras, Joan Armangué, por lo que años más tarde Dalí buscó en Portlligat una especie de "prisión espiritual donde pasaba horas delante de la tela o escribiendo".

A raíz de la celebración del centenario del artista ampurdanés, la Generalitat ha recuperado los documentos que certifican la condición de presidiario de Dalí y los exhibe por primera vez en la prisión de Figueres. Se trata de su expediente penitenciario, de los documentos de ingreso y salida del centro y de la ficha personal donde se detalla su estatura, la formas de la cara, el color "pardo" de sus ojos y la forma de la boca e incluso de las cejas. Paralelamente a este hallazgo, también se han rescatado de los archivos las escrituras de la construcción de la prisión de Figueres, que llevan la firma de su padre, Salvador Dalí Cusí, ya que era el notario de la ciudad.

El conseller de Justicia, Josep Maria Vall¨s, presidió ayer la presentación de los actos del Año Dalí que se harán en los centros penitenciarios de Cataluña. En el programa destaca un concurso entre los internos para reproducir el cuadro El Cristo crucificado que Dalí donó en 1965 a la prisión de Rikers Island de Nueva York y que fue robado a principios del 2003.