Cuatro años escribiendo a cuatro manos y otros tantos de documentación han dado su fruto: Corona de damas, una novela de 1.100 páginas firmada por Tosca Soto (pseudónimo de Susana Tosca y María Soto), que no definen como "histórica" porque aunque han acudido a las "fuentes originales" no es "una lección de historia" porque "lo primordial son las aventuras de los personajes". Grijalbo acaba de publicar la novela y aunque "mucha gente lo está leyendo" y "están enganchados" todavía no pueden decir qué tal acogida está teniendo porque "no la ha acabado nadie", dicen entre risas.

--Cómo es ese París del siglo XVII que reflejan en Corona de damas

María Soto: Es una época muy chula porque está a caballo entre el renacimiento, las guerras civiles y de religión que hubo en Francia; una época en la que la nobleza tuvo mucho poder; y la versallesca, la del siglo de las luces. Son unos años muy violentos, con muchos duelos (morían unos dos mil gentilhombres al año), muchas intrigas de corte, con una nobleza que no se adaptaba al estado centralizado y moderno y con Luis XIII y el cardenal Richelieu intentando meterles en vereda...

Susana Tosca: Yo entré por las novelas de aventuras y novelescas; por ejemplo el amor entre Ana de Austria y el duque de Buckingham, que al principio piensas que fue un invento de Alejandro Dumas (hay varios homenajes al autor) porque parece inverosímil que la reina de Francia mantenga una relación a distancia con el primer ministro inglés, pero es verdad y ahí están las cartas y los diarios con lo que pasaba en esos encuentros.

--Hablan de personajes e historias reales... ¿qué hay de ficción?

M. S.: La novela arranca con el asesinato del rey Enrique IV, que decimos que fue como el de Kennedy porque al asesino (se le abalanzó con un cuchillo) lo detuvieron y ajusticiaron enseguida pero parece que había altos cargos implicados. Hubo muchas teorías de la conspiración e incluso hoy los historiadores no se ponen de acuerdo. Ahí introducimos a dos personajes de ficción, dos jóvenes que se ven metidos en las intrigas de la corte y que averiguarán qué ocurrió realmente.

S. T.: Son personajes inventados, pero que podrían ser reales.

--¿Cómo definirían a Bernard de Serres y Charles Montargis?

S. T.: Bernard quiere alcanzar la gloria militar y como poeta, es intelectual, atractivo y lo único que falta es que no es noble y no puede acceder a las altas esferas. Tiene muchos planes y acaba reclutado como espía por el cardenal Richelieu; y Charles es noble, un gentilhombre rural, bruto, que llega a París para esconderse de un duelo. Como es noble se ve metido en unos líos tremendos. Son amigos pero acaban en bandos opuestos; uno intentando deponer al rey y el otro evitándolo.

--¿Es también una historia de personajes?

M. S.: Queríamos una historia de intriga pero tanto o más nos interesan los personajes, que fueran redondos, de carne y hueso, que la gente se enamorara de ellos.

--¿Dónde están las mujeres que dan nombre al título?

S. T.: En este mundo tan masculino y violento, entre bambalinas había muchas mujeres fuertes que tuvieron un papel importante en la época.

M. S.: Eso también lo descubrirán los personajes.