Dos años después de su estreno en el Teatro Principal de Zaragoza y de haber recorrido desde entonces casi un centenar de teatros españoles con gran éxito, Las 4 estaciones... ya no son lo que eran de Teatro Che y Moche vuelve, hoy a las 18.30 horas, al lugar en el que fueron concebidas, el Teatro de las Esquinas. Y lo hace como un espectáculo consolidado que viene de colgar el cartel de No hay billetes la pasa semana en Fuenlabrada y ha pasado con igual acogida por teatros como el Romea de Murcia, Palacio de Festivales de Cantabria, Cervantes de Málaga, Teatro Alameda de Sevilla, Auditorio de León o el Auditorio de Castellón, entre otros.

Además. la obra se ha convertido en referencia nacional del teatro pedagógico, participando en las principales programaciones españolas en este campo. Un éxito cuya fórmula, la fusión de la música en directo, el teatro y el humor ya ha dado grandes satisfacciones a Teatro Che y Moche con otros montajes, como Oua Umplute. El funeral, hasta convertirse «en un sello, un valor reconocido» de la compañía zaragozana.

¿Pero por qué las 4 estaciones ya no son lo que eran? «El título tiene dos vertientes -cuenta Joaquín Murillo. director de la compañía y actor-, por un lado la puesta en escena, pues el público va a ver un concierto, no a escucharlo, pues lo interpretamos músicos-actores», y, por otro, «los arreglos de Teresa Polyvka, que ha revisitado los temas y sí, claro, hay mucho Vivaldi, pero solo ver los intrumentos con los que se interpreta, saxo, vibráfono... ya es distinto y los arreglos a la zíngara son brutales; quizá Vivaldi era más zíngaro de lo que él creía», apunta.

Y es que la música «con fugas y variaciones trepidantes que aportan a la obra de Vivaldi la fogosidad balcánica», pero también con ritmos cubanos en una quinta estación que el espectáculo «se inventa», el veronio, convierte a estas cuatro-cinco estaciones en una experiencia musical de una originalidad poco habitual, que se potencia con una escenografía que ayuda, como apunta Murillo, «a visualizar la música, a reforzar la ya de por sí música tan descriptiva como es la de Vivaldi».

Una escenografía que gracias a un video mapping que recrea las diferentes estaciones y que permite la interactuación con los músicos-actores convierte el espectáculo en un juego visual «que es un goce para los sentidos, pues cada vez que empieza a sonar la música el video mapping empieza a tomar vida y comienzan a pasar cosas, lo que permite escuchar y ver música de manera muy diferente», algo que, en opinión de Murillo es lo que ha llevado a este espectáculo a tener el éxito que está viviendo «pues es tan interdisciplinar, aúna tantos lenguajes al servicio de esta locura que convierte el montaje en una auténtica fiesta».

La historia, que es también una invitación a reflexionar sobre el cambio climático de forma divertida y desenfadada, está introducida por «un cocinero diabólico que va haciendo platos imposibles y extravagantes con los que va sirviendo la música», mientras la orquesta «va haciendo transitar al público por las estaciones tal y como las ven los músicos en sus cabezas».

Las 4 estaciones... ya no son lo que eran, que está dirigida por Marian Pueo y Joaquin Murillo, con Fernando Lleida/ Rubén Mompeón, Elva Trullén, Tereza Polyvka, Kike Lera, Fran Gazol, Saúl Blasco y Joaquín Murillo como músicos-actores, no solo podrá verse esta tarde, sino que tendrá una nueva función matinal mañana lunes, a las 10.00 horas. «De manera excepcional comenzamos con las matinales del lunes para asociaciones, colegios, grupos organizados, pero también para gente que no ha podido ir el fin de semana por cualquier causa. Es un formato fantástico que nos ha dado muy buen resultado en otras comunidades», concluye Joaquín Murillo.