Título: «Teatro Completo de Ramón J. Sender»

Editorial: Prensas Universitarias de Zaragoza

El gran Ramón J. Sender no solo sigue siendo, y a mucha distancia, el mejor novelista aragonés, sino, desde mi modesto punto de vista, el principal narrador del siglo XX español.

Nadie como él vivió y escribió sobre el tiempo que le tocó vivir con una escritura tan densa y fluida, tan panorámica, compleja, testimonial y completa a la vez.

En el campo de la novela, desde Imán, lo hizo prácticamente todo, destacando en una variada panoplia de géneros literarios.

En la novela histórica, con joyas como La aventura equinoccial de Lope de Aguirre...

En lo que hoy llamamos novela negra, con piezas paradigmáticas como El rey y la reina...

En la novela política, con obras maestras como Réquiem por un campesino español...

En la denuncia documental y periodística, con Casas Viejas...

En el humor, La tesis de Nancy...

A lo que hay que sumar unas cuantas decenas de novelas y colecciones de relatos más, hasta ese casi centenar de libros que Sender publicó a lo largo de su feraz existencia...

Sumamos, ahora, una novedad ciertamente imprescindible: Teatro completo, editado por Prensas Universitarias de Zaragoza, con un interesante prólogo de Manuel Aznar Soler.

En su estudio, Aznar Soler nos recuerda que las obras teatrales escritas por el genio de Chalamera fueron diez: Hernán Cortés (1940); El retablo de las maravillas (1948); The House of Lot (1950), La fotografía (1951); El diantre (1958); Los héroes (1960), The Wind (1963); El pez de oro (1976); Donde crece la marihuana (1967); Don Juan en la mancebía (1968) y Los antofagastas (1969). Algunas, como es obvio, escritas directamente en inglés con el propósito de facilitar su representación en el exilio norteamericano de Sender, durante décadas profesor en la Universidad californiana de San Diego.

Cada una de esas obras obedeció a un propósito y a un momento determinado de su creatividad. Nunca compitieron en éxito de público ni en reconocimiento con sus grandes novelas, pero acreditaron que su autor dominaba la técnica teatral y podía, a la vez que se servía de la magia del escenario, aportar a la posteridad textos realmente mágicos.

Uno de los más logrados es Hernán Cortés. La pintura que Sender acuña del conquistador es muy original y seguramente más cercana a la verdad histórica que otras visiones hagiográficas. Concebida a modo de cuadros escénicos, desarrolla los principales jalones de la conquista de México, desde los primeros pactos con tribus rebeldes, o la drástica quema de las naves, a la rendición y muerte de Moctezuma.

Una última e irreal, por lo fantasmagórico de su decorado, escena sitúa a Cortés en un diálogo muy realista con su rey, el emperador Carlos V, a quien ha servido y del que se ha servido, como la Corona de él. En esa conversación se discute con acierto del sueño de América y de la realidad de España, de la riqueza y del valor, y del orden político y administrativo del reino.

Un volumen imprescindible para seguir profundizando en la obra de Ramón J. Sender.