Pinturas, esculturas, imágenes digitales y proyecciones son los elementos que componen la exposición Copenhague , obra del artista zaragozano Mario Gómez Calvo, que acoge el Museo de Huesca hasta el 6 de septiembre.

La muestra forma parte del ciclo Fusión , cuya finalidad consiste en mezclar distintas disciplinas artísticas como la escultura, la pintura, la música, las artes audiovisuales, etc. "La intención de la exposición es crear un espacio en el que se pueda contemplar la obra física original junto con la obra virtual y audiovisual, mostrando diferentes formas de expresión de la creación plástica", afirma el autor.

Moscas, libélulas y polillas componen la parte más impactante de la colección. Y es que uno de los temas predominantes de la muestra es la memoria, que Gómez Calvo refleja a través de impresionantes esculturas de insectos. "Los insectos son algo orgánico y muy expresivo, por eso me inspiran. Sin embargo, pese a lo que pueda parecer a simple vista, en mis obras, los insectos no son reales sino el mero fruto de la invención", declaró el autor.

LA MUERTE Y EL DOLOR

Otros temas recurrentes del artista zaragozano son la muerte y el dolor, ambos expresados a través de pinturas en las que predominan formas humanas descompuestas por planos y manchas.

Los materiales empleados en las obras son muy variados: desde los más convencionales como la pintura o la madera hasta los más inusuales como plásticos, alambres, látex, silicona, sprays, cartón... "Utilizo todos los materiales que me sirven para luego mezclarlos en una sola pieza", declara el autor.

Aunque Mario Gómez lleva toda su vida dedicado al arte, no lo ha hecho de forma profesional hasta hace tres años, cuando expuso su primera colección, tras una larga etapa de maduración y trabajo.

Su trayectoria es fundamental para entender su producción actual, ya que está marcada por la experimentación, la búsqueda de nuevas concepciones artísticas, el contraste del mundo espiritual y el natural y lo metafórico. El propio título de la exposición Copenhague , no es lo que parece. No tiene nada que ver con la ciudad, sino que es una metáfora entre lo que el pensamiento humano y la realidad. "Tendemos a pensar que vivimos en un mundo perfecto y luego nos damos cuenta de que estamos muy alejados de la verdad".

En la introducción al catálogo de la exposición, la conservadora del Museo de Huesca, Marisa Arguís, resalta que la temática de Mario Gómez Calvo "navega entre el mundo espiritual y el natural" y alude a la recreación tanto de insectos como de formas humanas descompuestas por planos y manchas como al resultado de "un proceso de transformación intencionado". Marisa Arguis destaca que "en el fondo de sus composiciones subyace la necesidad de búsqueda de nuevos métodos y técnicas, en donde el tiempo quede marcado por una serenidad infinita".