'The vast of night' es la película de moda, la película de la que tus amigos hablan (bien o mal), la película de ciencia ficción que no puedes perderte. Ha colocado a su director, Andrew Patterson, un realizador de publicidad de Oklahoma, en el centro del universo cinéfilo. Ha generado críticas extraordinarias: su 92% de opiniones profesionales positivas en Rotten Tomatoes y su 84 % en Metacritic serían un dato accesorio en otras circunstancias, pero dada la naturaleza insólita de la propuesta son bastante relevantes. Ha recibido comentarios elogiosos de cineastas como Guillermo del Toro, Elijah Wood, J.A. Bayona, Nacho Vigalondo, Belén Funes y Rodrigo Cortés. Y, como pasa con todo lo que trasciende, sobre todo cuando nadie se lo espera, también es la película que genera estos días un debate más interesante en redes.

Este último dato podría ser accesorio en otras circunstancias, pero en estas es clave porque, aunque el zumbido sobre 'The vast of night', película pequeña ambientada en Nuevo México en los 50, nace en festivales, el fenómeno en torno a ella crece en línea. Y es un fenómeno peculiar y a tener en cuenta porque la película se ha hecho grande a su ritmo y por méritos propios, sin tener de arranque (antes de ser adquirida por Amazon Studios) un apoyo publicitario brutal y sin demasiados ganchos del gusto de estos tiempos.

El debut de Patterson, sobre un locutor de radio y una telefonista que detectan una misteriosa señal sonora, no es la enésima novedad de plataforma que secuestra la conversación durante un par de días (o menos), polariza sin matices a los espectadores y muere arrasada por el siguiente estreno. Puede gustar o no, pero una propuesta personal, fuera de tiempo y sin nombres conocidos ha conseguido algo poco común en el 2020: que la gente hable realmente de cine en Twitter. Eso es magia. Y sí sucede es porque hay en ella decisiones e ideas conceptuales, narrativas, visuales y sonoras que invitan a ser discutidas.

De la autoproducción a Amazon

El éxito de 'The vast of night' tiene algo del boca a oreja de antaño, de la película independiente (y a contracorriente) descubierta en una sesión de madrugada y convertida paulatinamente en propuesta de culto. Cambian el escenario y la velocidad, por supuesto, pero su ciclo tiene algo de eso. Patterson se autoprodujo su película, rodada en cuatro semanas con un presupuesto de 700.000 dólares (la postproducción y la promoción para vestir su estreno en el festival de Slamdance lo subieron al millón). Él mismo firma el guion (con Craig W. Sanger) y se encargó de montarla, ambas tareas bajo pseudónimo.

Como ha contado en entrevistas, trabajó de forma independiente, con total libertad al no depender de nadie. No exenta de un apunte histórico (la guerra fría al fondo), 'The vast of night' no es una película compleja. Es una miniatura de género que homenajea por igual, sin asfixiarse en lo referencial, el cine (y la televisión) de ciencia ficción de los 50 y las emisiones radiofónicas de la época y de los años anteriores: 'The vast of night' se presenta a modo de capítulo de la serie televisiva imaginaria 'Paradox Theatre' (una especie de 'The Twilight Zone') y en ella reverbera el experimento 'La guerra de los mundos' de Orson Welles. Pero es cierto que Patterson no le teme ni al tiempo, ni a la oscuridad, ni a la palabra. No tiene prisa, no busca contentar, no teme jugársela.

'The vast of night' tiene una potencia visual innegable y está contada en imágenes, pero una de las cosas que le dan personalidad es la decisión de Patterson de articular el relato en torno a la voz de los personajes, en torno a la narración oral con ecos de relato de hoguera. De ahí, por ejemplo, el largo y verboso arranque que cuestionan sus detractores y ha expulsado a algunos espectadores (que así lo han contado). Es esa supeditación al texto una de las cosas más cuestionadas de una película que fue rechazada de dieciocho festivales antes de estrenarse en Slamdance, festival al que Patterson llegó sin agente y del que se fue con el apoyo de Steven Soderbergh y el premio del público. A partir de ahí, todo se dispara.

Fotograma de 'The vast of night'.

Amazon Studios anuncia durante el festival de Toronto (donde 'The vast of night' pasa en la sección Midnight Madness) la adquisición de los derechos internacionales de distribución de la película. La estrena el 29 de mayo en Estados Unidos en su plataforma de VOD Amazon Prime Video, respaldando el debut con una esmerada campaña promocional y un estreno limitado en autocines (dada la situación provocada por el covid-19) del país. Y la ve crecer y convertirse en un fenómeno. Aquí la estrenó (directamente en plataforma) hace un par de semanas y, como sucede con las películas destinadas a trascender, la polémica en redes sobre si es realmente buena o está inflada está servida.