Los villanos, antagonistas en cualquier historia de ficción, se convierten en el centro del nuevo espectáculo de los Titiriteros de Binéfar: En la boca del lobo. Una antología de cuentos teatralizados que tiene lugar desde hoy y mañana en La casa pirenáica de los títeres y el teatro popular (Abizanda) a las 18.00 horas.

La compañía,Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud, inicia así una obra que busca pronfundizar en las historias y en su significado. Un conjunto de piezas de producciones anteriores unidas bajo una nueva fórmula. «El punto de partida fueron los personajes turbios de los cuentos, que son los que añaden la salsa a la historia», dice Paco Paricio, fundador junto a Pilar Amorós de Los Tiriteros de Binéfar.

Con el fin de volver al sentido de los cuentos infantiles, el de trasmitir una moraleja, se empezó a construir En la boca del lobo , comenta Paricio: «Yo mismo me daba cuenta que lo que inquieta en un cuento tradicional es ese punto, ahora los cuentos se han endulzado y casi no se puede asustar al niño».

En la obra aparecerán personajes ya conocidos como el bandido cucharacha, la bruja, el ogro tragabolas o la rata. Cada uno con su historia irá dando paso poco a poco a un viaje hacia el interior del bosque de los cuentos para mostrar una nueva visión del protagonismo de estos personajes :«Sin los villanos no hay historia. Necesitamos a los villanos. El cuento te asusta y prepara un poco para afrontar los problemas que puedes tener en la vida».

Seis cuentos que conforman un viaje para recorrer también la historia de los títeres como obra teatral. A lo largo de la función Paricio hará uso de siletas simples, títeres de guante, de vara... «Además es un recorrido por mi historia como titiritero», señala Paco Paricio.

El confinamiento no les paró a la hora de seguir actuando. Cada día a las 10.00 horas de la mañana, los Titiriteros de Binéfar retransmitían funciones cortas haciendo uso de los materiales que tenían en casa, como una versión del Gallo Kiriko con cartones. «Hay una verdad que se puede hacer en redes, se puede poner música, falsear voces, pero también se puede hacer otra cosa», explica. Llegaron a recibir a miles de espectadores a través de sus pantallas. Algo que también les ha servido para una hacer una reflexión sobre el teatro, volviendo a lo poético. «Es necesario que se perpetúe el oficio pero que lo haga desde la carga de profundidad, más que desde la apariencia. Hablar de lo bueno y de lo malo, o de lo malo que no lo es tanto, como el Bandido Cucharacha». Cuentos con sentido que ayuden a seguir con la cadena de cultura popular, abuelos que cuentan historias, padres y madres que las siguen transmitiendo...

Unos meses que también han dado lugar a nuevas ideas. «Ahora estoy trabajando con un diseñador, Victor Mongollón y con Alberto Gambino en la música. He rehecho unas poesías de juventud muy surrealistas que estamos trabajándola musicalmente: La lagartija pilla». La compañía baraja la posibilidad de realizar varios espectáculos durante septiembre.

Como excepción a la norma, Los Titiriteros de Binéfar han podido mantener parte de sus espectáculos durante el verano, pero lamentan que el Gobierno de Aragón no esté ofreciendo ayudas complementarias a las habituales. « Han convocado las mismas ayudas que otros años, a la producción, a la creación de espectáculos, de giras, ayudas a salas... Pero hacen falta ayudas por la pandemia. Nosotros siendo una compañía asentada y premio nacional hemos bajado al 35 o 40% de actividad. Esperemos que saquen otras. Si no,va a ser un desastre».

A riesgo de que se pueda producir un segundo confinamiento, Paricio no duda que regresarían los espectáculos online : « Yo me lanzaría a hacer algo más experimental, más rompedor, pero con esa verdad. Hacíamos cosas de 10 minutos, pero para mi todo el proceso fue una experiencia». Una experiencia que ha traído algo de vuelta para estos titiriteros. «En una de las primeras funciones me escribe una madre y me dice ‘mira, mi hija lleva unos días viéndoos y ahora quiere arreglarse bien arreglada para ver a los titiriteros en casa, en la cocina’. Me parece un detalle hermoso, esa niña se ha dado cuenta de que ir al teatro es un acto social con su importancia. Me hizo pensar mucho».

Para continuar con el espectáculo, el sábado actuará en Abizanda Oswaldo Felipe, con una maleta llena trabalenguas, historias, cuentos y adivinanzas.

El domingo, la compañía Títeres Sin Cabeza narrará la vida de un aprendiz de mago, Tuga, que por más que lo intenta no logra alcanzár su sueño de convertirse en un gran mago.