Nuria Gago compagina la escritura con la interpretación, una profesión que le ha dado papeles en producciones como Hospital Central, Primos o Requisitos para ser una persona normal. Ahora presenta una nueva novela, Quiéreme siempre (Planeta), en la que cuenta la historia de dos mujeres de diferentes edades que han de convivir y que se acaban convirtiendo en el mayor sustento para la otra. Amor, amistad, superación, juventud y vejez juntos en un solo tomo que le ha valido ganar el premio Azorín de novela.

-¿Por qué quería contar una historia así?

-Porque de lo que no se habla no existe y creo que tenemos un problema como sociedad en cuanto a nuestra responsabilidad con que los mayores estén solos. De todas formas, quería dar visibilidad al asunto pero también quería darle luz. La historia entre las protagonistas no es una historia dramática. Hay una armonía y una alegría en el acompañarse, aunque para llegar a ese punto primero hay que llegar a encontrarse. En España hay mucha gente mayor muy sola, esa es nuestra realidad. Lo que pasa es que estamos mirando Instagram y no nos damos cuenta.

-Es, por tanto, una historia que también alberga esperanza.

-Sí, además el tema central del libro no es la soledad de ellos sino el encuentro entre dos mujeres muy distintas que conectan y cuya amistad y amor las une y las levanta. No es una historia triste o densa, es muy vitalista. La energía de la novela es luminosa.

-Hábleme de las protagonistas, de Lu y de Marina.

-Lu acaba de vivir un desengaño sentimental y vuelve a su ciudad natal para recomponer las piezas y ver que quiere hacer con su vida. El problema es que no le dan tiempo para ello y le ponen a cuidar de una persona mayor, Marina, que es una mujer viuda de 86 años que está a cargo de una hermana suya a la que visita semanalmente. Los dos universos de estas mujeres que se están derrumbando, en un momento dado, se encuentran. Esta novela habla de cuando conoces a la gente adecuada consigues tener la valentía de ir más allá y tomar decisiones mucho más auténticas con tu forma de ser.

-¿Hay falta de entendimiento entre generaciones?

-Nos entenderíamos de forma instintiva muy fácilmente pero a la gente mayor la colocamos lejos. Pero no es que seamos distintos. Todo ser humano necesita ser visto, entendido y compartir. Ellos también.

-La música es otra de las piezas que sujeta la novela. ¿Cuál es el porqué tanta importancia?

-Descubrí que con la música los enfermos de alzhéimer vuelven durante un rato a conectar con el presente y con quienes son, con el entorno que les rodea y me parecía demasiado grave que no supiéramos eso. Mi abuela tuvo alzhéimer y yo no sabía todo esto y durante la escritura de la novela una amiga mía me habló de un documental en el que se utilizaba la musicoterapia para que gente mayor pudiera conectar de nuevo con la enfermedad. Y a mí me enfadó mucho no haberlo sabido, porque me hubiera gustado acompañar a mi abuela de otra manera.

-Con un tema tan complejo, necesitaría asesoramiento.

-Sí. Estuve hablando con un neurólogo del Ramón y Cajal y me confirmó que eso era así y que eso sucedía con la música. Entonces contacté con Mónica de Castro, que es una musicoterapeuta de Barcelona, y ella me ha ido asesorando.

SEnDEs una novela protagonizada por mujeres, ¿lo ha hecho de forma...?

-Inconsciente. Son personajes de los que me apetecía hablar y así ha sido. No era un objetivo.

-Uno de los prejuicios que tienen las novelas protagonizadas y escritas por mujeres es que son solo para mujeres. ¿Qué opina?

-Pasa como en el cine. Si una peli está dirigida por un hombre y hay un hombre en el centro de la trama, es una película. Pero si está dirigida por una mujer y/o una mujer tiene un papel central, es una película para mujeres. Eso son clichés absurdos con los que hay que empezar a romper de una vez.

-Por Quiéreme siempre se le concedió el premio Azorín de novela 2018. ¿Se lo esperaba?

-Siempre digo que ha sido como si me hubieran montado una fiesta sorpresa muy loca y yo todavía estuviera reaccionando. Ha sido muy bonito, estoy muy agradecida y jamás lo hubiera esperado.

-¿En qué se parecen la interpretación y la literatura?

-En las dos estás contando historias. En una utilizas tu cuerpo, tu voz y tu fisionomía para hacer llegar lo que quieres contar y aquí tienes que generar un clima, un espacio y unos personajes desde la palabra. Al final es lo mismo. Es contarle un cuento a alguien y que el de enfrente se lo crea.

-¿Y las diferencias?

-Que la escritura es un ejercicio solitario. Ahí esta la gran diferencia.