Esteban Crespo (Madrid, 1971) puede presumir de una nominación al Oscar de Hollywood. En el 2014, su corto Aquel no era yo estuvo a punto de lograr la estatuilla dorada. Ahora presenta su debut en el largometraje y se confiesa «muerto de miedo». «Tengo la sensación de estar pasando un examen. Sed benévolos», pide a la prensa acreditada del festival de Málaga, donde concursa con Amar, la historia de dos adolescentes enamorados hasta la médula, una película que quiere ser tan poética que a veces cruza, sin pretenderlo, la frontera de lo cursi.

Crespo tiene dos hijos de 10 años. Así que para escribir el guion y aprender sobre los adolescentes no se fijó en ellos (son demasiado pequeños) sino que acudió directamente a las redes sociales. Instagram fue su laboratorio de ideas para descubrir cómo se mueven, cómo se relacionan, cómo hablan y cómo viven los adolescentes de ahora. Allí, precisamente, encontró a la que terminó siendo la protagonista de Amar, la debutante María Pedraza, bailarina profesional, modelo e it girl de 19 años. Su amor en la ficción es el actor Pol Monen, al que ya vimos en Elisa K y Los niños salvajes. Ambos protagonizan una historia que se convierte en una relación tóxica debido, precisamente, al exceso de pasión y locura juvenil. Él es el aire que respira ella, y viceversa.

OBJETIVO COMPLICADO / Amar tiene el complicado objetivo de encontrar público una vez que se estrene comercialmente, el 21 de abril. Sus distribuidores van a poner todo su empeño en buscar a los jóvenes y meterlos en una sala de cine, toda una heroicidad en estos tiempos porque los hechos demuestran que los adolescentes llenan salas con películas en las antípodas de Amar, por ejemplo, Mentiras y gordas.

UN ‘THRILLER’ CONFUSO / Mucho más convencional y más comercial (en teoría) es la segunda película presentada ayer en la sección oficial de Málaga, La niebla y la doncella, adaptación de una de las novelas de Lorenzo Silva protagonizadas por los agentes Bevilacqua (Quim Gutiérrez) y Chamorro (Aura Garrido). Un cadáver aparece en La Gomera y el caso se cierra sin culpable por falta de pruebas. Tres años más tarde, los dos guardias civiles reactivarán la investigación.

El thriller vive un momento excelente en el cine español, pero, lamentablemente, no es el caso de La niebla y la doncella, tan confusamente narrada que al espectador no le queda más remedio que revolverse unas cuantas veces en la butaca. Silva, sin embargo, parece bastante satisfecho con el resultado. El escritor aceptó con generosidad los cambios que el guionista canario Andrés Kopell (que terminó siendo también el director del filme) hizo respecto a la novela. Ya veremos qué opinan sus lectores. Se estrena en noviembre.