EL INGENIOSO HIDALGO MIGUEL DE CERVANTES

Han Ryner

Algo que caracteriza -para bien- a la editorial zaragozana Libros del Innombrable es su voluntad de publicar autores y títulos que eluden las clasificaciones al uso. Uno de sus últimos lanzamientos, El ingenioso hidalgo Miguel de Cervantes, es buena prueba de ello: se trata de una novela publicada originalmente en francés en 1926, y de la que ahora se recupera la traducción al español realizada poco después. Su autor, Han Ryner, fue un escritor vinculado al pacifismo y el anarquismo individualista, algo que se trasluce en esta novela.

Ryner presenta a un Cervantes en sus últimos días, que ya ha conocido la fama -aunque no la riqueza- por la primera parte del Quijote, pero que en vez de continuarlo, como le piden todos los que le rodean, centra sus esfuerzos en terminar la que considera su mejor novela, Los trabajos de Persiles y Sigismunda.

Con una estructura que bien podría calificarse de cervantina o quijotesca, las tres partes del libro dan pie para reflexiones y diálogos del Cervantes protagonista con otros interlocutores en los que a veces se desdibuja la frontera entre los personajes reales y los imaginados.

La fortuna, la fama, las relaciones con los estamentos del poder, la búsqueda de una posteridad digna o el propio proceso creativo y la conciencia artística del escritor van desgranándose por las páginas del libro, en donde lo mismo que en el Quijote hay hueco para historias intercaladas, como la narración que Cervantes hace de su cautiverio en Argel.

La figura e identidad de Avellaneda, el continuador apócrifo del Quijote, también son un tema importante en la novela, donde Cervantes no es el único escritor transfigurado en personaje: un joven Calderón aparece mostrando su admiración por él en las últimas páginas, que se convierten en un sentido colofón a este ameno y muy curioso homenaje al autor del Persiles.