De pequeños muchos han sentido fascinación por los dinosaurios. La memoria de Daniel Barrera le dejó esta pista, que años más tarde le llevó hasta El dragón sin miedo, su primera novela. Este zaragozano, profesor de Ciencias de secundaria, presentó ayer su opera prima en el Albergue de Zaragoza.

El autor novel pone a sus lectores en la piel de un joven físico que, tras el sorprendente hallazgo de los restos de un dinosaurio con alas, se ve envuelto en una aventura en la que las pistas se suceden una tras otra. Símbolos, enigmas y un mensaje de otro tiempo son los ingredientes de una historia que promete captar la atención de los que se adentren en ella. Su creador dice estar satisfecho con un resultado "mágico". Su entusiasmo es notable cuando explica que, por todo lo que comparte con su protagonista, como la pasión por la arqueología, esta es "casi una novela autobiográfica".

Las 232 páginas del libro son un auténtico recorrido por la capital aragonesa, puesto que el argumento consiste "básicamente en un juego de pistas por Zaragoza", anuncia Barrera. El profesor conduce a su público por la fina línea que separa la realidad de la ficción. Más que una novela, El dragón sin miedo podría ser una guía de los secretos mejor guardados de la ciudad. De esta forma, los lectores más curiosos buscarán las mismas pistas que el protagonista en lugares como el Patio de la Infanta, la Seo, e incluso llegarán hasta el monasterio de Veruela.

Lo que él llama "casualidad", otros lo llamarían ingenio. Este profesor de Ciencias estaba creando una escultura y un poema. Fue entonces cuando saltó la chispa: "Me salió una clave numérica que, aplicada, me llevaba hasta la Seo". La lógica matemática es la seña de identidad de este nuevo autor que reconoce estar muy influenciado por las novelas de Dan Brown.

Daniel Barrera promete entretener con un libro "juguetón" que "puede leerlo cualquiera". Sin embargo, no se olvida del público más joven, que conoce bien por su profesión. Confiesa que él mismo detestaba leer de pequeño, pero tuvo la suerte de cruzarse con el libro que despertó su pasión por la fantasía. Para él "sería un sueño que algún chaval coja de repente mi libro y lo disfrute, y eso le incite a seguir leyendo".

Él no se considera aún escritor. Pero tras varios intentos fallidos en certámenes literarios, ha logrado ser publicado por una editorial aragonesa, la Fragua del Trovador.