No hay otro museo de origami en el mundo equiparable al de Zaragoza. Su singularidad y variedad de exposiciones lo están convirtiendo en un referente ineludible a la hora de visitar la ciudad. Por ello, papiroflectas de España y el extranjero consideran un honor ver sus figuras aquí expuestas.

Pere Olivella (Barcelona) y Manuel Sirgo (León) visitaron ayer el museo para contemplar sus obras y las de sus compañeros. Pere Olivella, actual editor de la revista de la Asociación Española de Papiroflexia (AEP), descubrió su pasión por el origami tras ver la película Blade Runner, donde aparecían unas figuras de papiroflexia que le llamaron mucho la atención. Lo siguiente fue comprar libros y practicar hasta que la afición se convirtió en algo más: "Estar en este museo con figuras expuestas denota que va más allá de lo que una afición. Es mucho más. Tengo un vínculo muy grande con la papiroflexia". Su estilo es complejo y realista, imitaciones de insectos y animales que impliquen muchos pasos, "me gusta el hecho de que suponga un reto y pasarme horas plegando un modelo para que se parezca mucho al ser vivo", declara. En especial le gustan los insectos, tanto vivos como de papel: "Son las figuras más difíciles, tienen muchísimos pliegues".

Desde pequeño

Manuel Sirgo desde niño sentía pasión por la papiroflexia. Su padre le enseñó su primera figura: el avión. Poco a poco fue perfeccionando el arte, y enseñó a sus hijos a plegar las figuras más sencillas (un barco, un avión...). Sin embargo, ya les ha advertido que no se puede vivir de ello: "Hay obras de arte, como el dragón de Isidoro González, que le ha supuesto más de 30 horas de trabajo, y ¿qué pide por ello?. No se valora". Cree que la papiroflexia debería enseñarse en edades tempranas: "Debería ser obligatoria en plástica. Además, al manipular un papel no necesitas aprender una diagonal, o una bisectriz, porque lo haces. No es que enseñe matemáticas, pero sí puede ayudar a comprenderlas mejor".

Comparte con su compañero Olivella el gusto por los insectos: "Siempre me han fascinado como seres vivos, de hecho colecciono algunos y tengo algunas nociones básicas de entomología. En papiroflexia suponían un reto, conseguir hacer eso de un papel me motivaba".

Ha expuesto en Zamora, Barcelona, León, Zaragoza, en las convenciones de la AEP, y también en Italia, Francia, y Japón en 2007, en una convención con más de 100 de sus figuras. En el EMOZ, su colección se puede ver en la sala roja.

Vincent Floderer, fundador del Centro Internacional de Investigación de Modelaje Plegado (CRIMP), trae desde Francia sus obras de origami arrugado, que podrán verse en el EMOZ durante varios meses a partir de este fin de semana, después de los tres días de montaje.

Tras plegar de forma clásica durante años, una convención de Paul Jackson en los 90 le inspiró para arrugar el papel después de plegarlo: "Descubrí la posibilidad de hacer cientos de pliegues y no un simple modelo mediante el arrugado, que ahora mezclo con las técnicas clásicas".

Su mayor inspiración para crear es la naturaleza. Referente que se aprecia en sus figuras: "Enseño a mis estudiantes que en el mundo del origami todo es inspirador pero la naturalelo que más porque hay muchos ejemplos de plegado en ella. Desde nuestro cerebro hasta las montañas...", cuenta.

Y, ¿qué tiene de especial la papiroflexia? "Nos maravillamos con la ella porque es lo más cercano a crear cosas de la nada. Creo que lo que nos encanta a los papiroflectas es que de un material muy simple se pueden hacer completas obras de arte", confesaba Sirgo, similar a Olivella: "La papiroflexia se parece bastante a la magia. Simplemente doblas un papel y, mágicamente, aparecen figuras, modelos...".