Los del túnel tiene la virtud de no parecerse a prácticamente ninguna comedia española actual. Es una pequeña excentricidad, una rara avis fuera de carta que descoloca por la propia extrañeza de su propuesta, que en el fondo tiene que ver con sentirse excluido dentro de una sociedad en la que reina la homogeneidad y el pensamiento único. Quizá por eso las risas que provoca son tan lacónicas como sus propios personajes, seres que intentan ser lo que no son para sentirse integrados en un entorno repleto de patetismo. BEATRIZ MARTÍNEZ