Lleva 60 años en la vida y 40 sobre el escenario. Pero es ahora cuando Serrat tiene que enfrentarse a la partitura más difícil. Hace año y medio que le diagnosticaron un cáncer de vejiga que después de meses de tratamiento sin el resultado esperado le obliga a pasar por el quirófano. Anoche realizó su último concierto antes de la intervención, y la emoción se palpó durante todo el recital.

La gente que abarrotó el Pabellón Municipal de Gerona le recibió con una calurosa ovación nada más pisar el escenario. Se sentían privilegiados de poder compartir con el cantautor una noche tan especial. Y él les correspondió como hace siempre, entregándose en cada una de sus canciones, pero con la sensibilidad, más que nunca, a flor de piel. Todos sabían que se trataba de una despedida. De un hasta pronto (hasta que la salud le permita reencontrarse con el público). Así que tanto los espectadores como el artista quisieron exprimir al máximo el momento.

La actuación se englobó dentro de la gira que Serrat realiza por España y Latinoamérica, para presentar su última aventura artística, el ambicioso Serrat Sinfónico con el que viste de gala sus canciones de siempre (y alguna que otra más reciente). El cantautor interpretó 21 piezas que integran toda la poética del magno universo serratiano, con la pompa y solemnidad de una orquesta sinfónica.