DIRECTOR: Miguel Angel Lamata

INTERPRETES: Miguel Aparicio, Santiago Segura

PAIS: España

CINES: Augusta, Elíseos

Una de zombis es un producto más de la factoría de amiguetes que Santiago Segura tiene desperdigados a lo largo y ancho del país. Parece ser que el actor, director y productor conoció en el festival de Sitges al cortometrajista aragonés Miguel Angel Lamata. Se hicieron amigos y, casi una década después de aquel primer encuentro, el director de Torrente le ha producido a Lamata su primer largo.

Si nos pusiéramos serios podríamos definir Una de zombis como un ejercicio de metalenguaje. Sus protagonistas son dos entusiastas aspirantes a cineastas a los que les falta todo lo necesario para desenvolverse en el medio. No tienen gracia ni talento, carecen de ideas originales y no conocen a nadie influyente que les pueda echar una mano para encontrar financiación.

Pero son tozudos, tanto como lo era Segura en sus inicios y como lo es Lamata, que también se fogueó en el corto de terror y humor casposo. Y Aijón y Caspas, los dos personajes en cuestión, logran sus fines cinematográficos no sin antes toparse con unos mafiosos vueltos de la tumba como los zombis de George A. Romero. Las referencias no acaban aquí, ya que los dos protagonistas son una variante más chistosa de aquella pareja de alucinados cinéfilos que en Obra maestra secuestraban a una conocida actriz para realizar su película doméstica.

Una de zombis es pues una mezcla entre la comedia terrorífica que tanto le gusta a Segura y la propia variante genérica de las películas de muertos vivientes. Segura parece sentirse cómodo en estas tareas y las pretensiones de la película no van más allá de normalizar, aunque sea por la vía grotesca, la actual bonanza que el género de terror parece vivir en el cine español.

El título y el espíritu del filme remiten a aquella propuesta de Eduardo García Maroto en los años 30, Una de miedo , en la que no se intentaba otra cosa que evidenciar la raíz popular de este cine, aunque hoy el destinatario sea otro.