Arte y color son sinónimos del festival Asalto, pero también del barrio de Valdefierro, que durante toda esta semana se convierte en un lienzo, en un espacio artístico en el que una docena de artistas trabajan, a su ritmo, para convertir la zona en una obra de arte. Algunos ya han terminado su labor, como el francés Zest, que ha tomado las escaleras de una calle como escenario de abstracción; pero otros, todavía están pintando y creando en directo para todo aquel que se acerque a su zona de trabajo.

La obra de Helen Bur no pasa desapercibida y es que ocupa toda una fachada; ayer, aunque todavía le quedaba mucho por hacer, ya se vislumbraba a su protagonista. También a comenzado a pintar el francés Mantra, quien dedica su obra a las mariposas.

Pero Asalto no es solo pintura, sino que el concepto de arte contemporáneo es más amplio. Ahí están las instalaciones de Jofré Oliveras o Maestro Cerezo; o las obras de Ampparito quien en la zona de cemento del parque realiza juegos ópticos con sus colores; y las de Cumul, con sus esculturas en la pared.

Pero si algo tiene Asalto es que las creaciones van surgiendo en diferentes escenarios, por lo que, a partir del viernes, se realizarán visitas guiadas por este patrimonio artístico, que se quedará en el barrio.