La sola presencia de Plácido Domingo en un teatro de ópera es todo un acontecimiento. Pero este lunes, en su cita anual con su público del Palau de Les Arts de València (con las entradas agotadas para todas sus actuaciones con semanas de antelación), se sumó el morbo que suponía asistir a la primera actuación del artista madrileño en España después del escándalo que significó la publicación de dos artículos de una agencia de noticias en los que una veintena de mujeres le acusaban de acoso sexual y de conducta inapropiada. Y así como en Estados Unidos esta superestrella de la lírica ha visto su carrera finiquitada debido a las acusaciones, en Europa ha contado con el apoyo incondicional de teatros, público y prensa.

Buena prueba de ello ha sido este retorno a València como protagonista de la verdiana 'Nabucco', ópera que hace un mes cantó con gran éxito en Zúrich. Y Domingo volvió a triunfar, siendo acogido con aplausos por un público que lo ha aclamado y hasta vitoreado. En espléndida forma, el ahora barítono demostró su poderío milagroso -casi con 80 años- al lado de una Anna Pirozzi sencillamente espectacular como la temible Abigaille, de una Fenena ejemplar de Alisa Kolosova y de un entregado Arturo Chacón-Cruz como Ismaele.