Aunque desarrolladas en un mismo tiempo y espacio, las concepciones pictóricas de los asturianos Evaristo Valle (1873-1951) y Nicanor Piñole (1878-1978) dejaron dos visiones distintas de una misma realidad, el paisaje natural y humano de las costas de su tierra natal. Esta doble percepción del mar y sus gentes configura la exposición En la línea de la marea , con la que el Centro de Exposiciones y Congresos de Ibercaja cierra su temporada 2003-2004.

Valle y Piñole compartieron no sólo el espacio físico y temporal, sino también amistad y admiración mutua, pero, sobre todo, su inclinación hacia una temática marcada por el mundo marinero y las personas que lo pueblan, por lo que se convirtieron, de alguna forma, en cronistas de una época y una forma de vida "a pesar de que los planteamientos estéticos y vitales fueron muy diferentes, ya que Piñole tiene una clara vocación realista, mientras que Valle nunca pintó del natural, sino a través del recuerdo", señalan Lucía Peláez, directora del Museo Piñole de Gijón y Guillermo Basagoiti, de la Fundación Evaristo Valle, comisarios de la muestra.

Así, a través de 38 obras --19 de cada artista--, la exposición nos traslada a ese mundo marinero de la Asturias del primer tercio del siglo XX que, al mismo tiempo, sirve de espejo de las corrientes universales --impresionismo y expresionismo-- que impregnaron a ambos autores directamente, ya que los dos pasaron temporadas fuera de España, Valle en París y Piñole en París y Roma

"Valle apostó por una pintura visual, más mental, nunca pintó del natural sino que reconstruía lo visto después en su estudio; representa a las figuras en su medio, pero sobre todo en momentos que escapan a la rutina de la vida diaria, viejos marineros solitarios; obreros descansando...", explica Basagoiti. Así, en sus obras el paisaje se diluye y más que la descripción de la realidad, le interesa la huella que en él deja ese paisaje natural y humano, la luz, el color y el espíritu de esa escena y ese personaje que ha visto y que representa, a veces, con cierto aire expresionista.

Por su parte, Piñole, influenciado por el impresionismo, plasmó en su obra la fuerza del instante, fugaz pero real, tratando de captar el momento y reflejando los trabajos marineros, las tradiciones, las playas como lugar de veraneo, etc. Por eso, como apuntó Lucía Peláez, "su creación pictórica no sólo tiene valor artístico, sino que además dejó escenas con un valor documental añadido".

Sin embargo, la trayectoria de ambos pasó por etapas distintas que quedan perfectamente reflejadas en la muestra --como la tendencia a la síntesis de Valle al final de su vida-- y que también podrán conocerse mejor con dos cortometrajes sobre los artistas que se proyectarán en diferentes fechas mientras dure la exposición, que concluye el 11 de julio.