INTERPRETES: Orquesta Franz Liszt,

Claudi Arimany (flauta), Janos Rolla

LUGAR: Sala Mozart del Auditorio

FECHA: Domingo, 8 de febrero

ASISTENCIA: Lleno

La Orquesta de cámara Franz Liszt de Budapest, en manos de su competente concertino-director Janos Rolla, es uno de esos valores seguros que periódicamente visitan nuestra escena y nunca defraudan. Son uno de los más destacados exponentes del milagro musical húngaro, que ha convertido en el último siglo al pequeño país centroeuropeo en potencia mundial indiscutible en creación e interpretación musical.

Ayer, el grupo pasó por el ciclo Introducción a la Música con un programa muy grato de escuchar. La primera parte se centró en Bach y Vivaldi. Rolla y su conjunto hacen un esfuerzo por la vitalidad y la belleza de sonido en un barroco menos imaginativo que el de los grupos de música antigua (que hoy día copan este repertorio), pero técnicamente impecable y, en todo caso, nunca aburrido. Tras una breve sinfonía de Vivaldi, la popular Segunda suite de Bach nos permitió escuchar de nuevo al flautista barcelonés Claudi Arimany, colaborador esencial en esta matinal. En una lectura planteada con precisión, con ornamentación cuidada pero no profusa y con un continuo muy bien desarrollado por el clave, la música de Bach lució en toda su hermosura. Janos Rolla se unió como solista a Arimany para un Doble concierto de Vivaldi, en el que descolló el original Adagio , intenso y emotivo, aunque tocado un punto fuera de estilo.

El elegante clasicismo del Concierto nº7 de Fran§ois Devienne fue vehículo ideal para que Arimany, innegable figura internacional en su intrumento, desplegara su virtuosismo sin tacha. Tras él, la magnífica Sinfonía suiza de Mendelssohn nos mostró lo mejor en el terreno de compenetración y calidad de sonido que la Orquesta Franz Liszt puede ofrecer. Una verdadera maravilla.

En el terreno de las propinas, tuvimos la Danza de los espíritus bienaventurados de Gluck, al finalizar el Devienne, y apasionadas versiones de dos Danzas húngaras de Brahms.