Hay que ver las vueltas que da la vida para algunos. Véase el caso de Juanes. El verano pasado, el cantante y compositor "colombiano hasta la muerte" hizo al mundo moverse al ritmo de una retahíla de peticiones a Dios --aquello de "que si me muero sea de amor y si me enamoro sea de vos"--. Poco después hizo pleno en los Grammy Latinos ganando los cinco a los que estaba nominado (y ya sumaba nueve con sólo dos discos). El 9 de agosto acabó su tercer trabajo, Mi sangre , y pudo celebrarlo --a la par que su 32 cumpleaños-- en la casa del mánager que comparte con Julio Iglesias en Cayo Vizcaíno, una zona elitista de Miami. Hoy, ese disco, que se publicó hace 15 días, es número 1 en España, EEUU y América Latina.

Es el mismo Juanes (bautizado Juan Esteban Aristizábal) que decidió abandonar una banda de metal en la que tocaba en su Medellín natal y marcharse a buscarse la vida en Los Angeles, donde pasó dos años. "Fue muy duro, muy duro, muy duro", recuerda ahora. "Ahí empezó mi carrera, pero a lo mejor era un precio muy alto de soledad". Ya no tiene que pagar ese peaje. Y es que las cosas han mejorado. Con su compañera sentimental --la actriz Karim Martínez-- tuvo hace casi un año a Luna, su primera hija, de la que habla y a la que canta con amor de padre. Vende millones de discos.

"Yo a todo esto no le encuentro la lógica. A veces me despierto y digo, ¿pero en qué momento pasó toda esta vaina? A veces voy a la oficina de Fernán (Martínez, el mánager), veo los Grammy allá y no lo puedo creer. Todo es increíble. No estaba preparado", reconoce Juanes con su suave acento paisa en una entrevista en Miami.

Mi sangre le ha quedado más rockero y menos étnico, más centrado en el amor y menos en lo social, aunque sigue habiendo de todo. "Antes me preocupaba mucho por lo que fuera a decir la gente. Después de mucho tiempo vi que es mejor hacer lo que uno es. Las canciones que yo compongo --dice-- me salen del alma. En el disco hablo de mi hija, de mi novia, de mi familia, de mi país, de mis miedos... Y el disco se llama Mi sangre porque es lo que yo soy".

Lo que Juanes es, sin duda, es colombiano. No se nota sólo porque Miami sea una ciudad a la que no puede acostumbrarse. Se nota porque Juanes habla con la pasión de uno de los millones de colombianos que ha vivido la violencia de cerca (un primo suyo fue secuestrado y asesinado) pero que no pierden la sonrisa ni, ante todo, la esperanza.

"A mí me duele Colombia, amo Colombia", dice haciendo que sea imposible no amar y sentir dolor con él. "Yo no soy neutral. Tampoco soy político, pero sé que la guerra no es la solución para ningún pueblo". Por todo eso, y porque para él su hogar es "donde está mamá", Juanes está pensando seriamente volver a su país. Y cuando llegue la próxima gira (comienza el 28 de enero en La Coruña y llegará en febrero a Zaragoza), las interminables horas de hoteles, carretera y esos aviones que le siguen "aterrando", Juanes seguirá en casa. "Aunque esté en un hotel siempre estoy pensando en mi familia, en mi hija, en Dios, en mi mamá, en mi novia. Mi casa está dentro de mí".