El fallecido Bruno Ganz encarnó de forma magistral a Adolf Hitler en El hundimiento y en uno de sus últimos trabajos, El vendedor de tabaco, interpreta a Sigmund Freud en la Viena de 1930, cuando empezaba a proyectarse la sombra ominosa del nazismo. El espléndido actor de El amigo americano, El cuchillo en la cabeza, Nosferatu y La casa de Jack, auténtica memoria del cine de autor europeo de las cinco últimas décadas, destaca por encima de la puntillosa pero fría reconstrucción de la época en esta historia que cuenta la relación entre Sigmund Freud y un joven estanquero. Ganz otorga al viejo Freud una dignidad por encima de las imágenes del filme. q. c.