Bárbara Pastor huyó de Mallorca hace 35 años y ahora ha vuelto para "ajustar cuentas con los canallas". La latinista mallorquina se ha desquitado a través de una novela de intriga, El secreto del Mediterráneo (Ediciones B). Pastor recorrió ayer los escenarios por donde trascurre el relato, cuyo epicentro radica en la capilla de barro creada por el pintor Miquel Barceló en la catedral de Palma de Mallorca. El libro seguro que conmocionará a la sociedad local tanto como lo hizo la obra del artista.

La escritora mezcla la realidad y la fantasía. ¿En qué proporciones? "Es ficción pero los hechos son reales", afirma. Aunque añade que "sería terrible que alguien se sintiera aludido". Sin embargo, resulta muy sencillo reconocer a las figuras históricas que transitan por la novela disfrazados de nombres desconocidos. Así, Miquel Barceló puede encontrarse en Marquet Bonnín y Cristófol Molferrut encierra al contrabandista, político y banquero Joan March Ordinas.

El libro arranca con el fallecimiento en el mar del canónigo y asesor de la intervención cerámica de Miquel Barceló. A su juicio, el suceso acaecido en junio de 2006 arroja más sombras que luces. "En mi opinión, fue asesinado y trasladaron su cuerpo a otro lugar para decir que sufrió un infarto", aventura la autora. Bárbara Pastor hace una relectura de la capilla y la historia que la envuelve. El mural de barro "es un disparate", arguye. Y añade, sin morderse la lengua, que "refleja todas las fantasías sexuales que no se atrevía a llevar a cabo" el pintor de Felanitx.

La escritora interpreta que el mural encierra un mensaje crematístico, muy distinto al del milagro de los panes y los peces representado en la seo de Mallorca. Los protagonistas, Ariadna y Fabrizio, descubren el secreto y permiten a Pastor decir todo lo que piensa de su tierra.

Porque el libro se iba a llamar La isla del silencio, una mutismo acobardado. "Esta isla está en manos de gente muy perversa e ignorante; en manos de analfabetos", arremete. La corrupción y las andanzas de los "canallas", muchos revestidos de "mecenas que van a misa y manejan todos los hilos", dan cuerpo a la obra. Ella, Bárbara Pastor, se toma la revancha que guardaba desde los 17 años, cuando escapó de la isla movida por un profundo sentimiento de "infelicidad".