José Verón Gormaz es un poeta pegado a su tiempo, cuya poesía refleja una dimensión humana. Por eso, ayer recibió el Premio de las Letras Aragonesas de manos de la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, en el Museo Pablo Serrano; quien destacó la conjunción "casi perfecta entre melancolía, sabiduría y potencia lírica" de la obra de este "poeta que explora el mundo". Y por eso, el escritor y fotógrafo bilbilitano dejó claro desde el primer momento que su discurso, sus palabras, "deben estar acordes con nuestro tiempo", señaló.

Por eso, recordó dos noticias que aparecieron recientemente en los medios. La primera, "una que va contra la dignidad del ser humano", se refería a la muerte de 1.200 obreros durante la construcción de los campos de fútbol para el futuro mundial de Qatar. La segunda, "la voz de la joven Malala", que sufrió un atentado de radicales afganos por querer ira a la escuela, que "ponderaba el valor de la palabra para superar el radicalismo". Estos son "dos casos extremos que suceden en nuestro tiempo", siguió Verón; quien también reivindicó la necesidad de "cambiar la palabra solidaridad por fraternidad". Y es que la propuesta de Malala, señaló, pone de manifiesto que "la palabra es un germen imprescindible para lograr una sociedad equilibrada, libre y plural".

ARTE Y EDUCACIÓN

Verón, que ha escrito más de 20 libros de poesía, seis de narrativa y ensayo, cinco de fotografía y ha participado en varias antologías y libros colectivos, quiso también reivindicar la importancia de la cultura, que reúne disciplinas como las artes la educación y las letras; y también de la poesía, que "necesita mayor atención de la que se le da" puesto que hay "grandes poetas aragoneses". Haciendo memoria, recordó que hubo un tiempo que "se le tenía mayor consideración pero ahora no" siendo que es una de las formas para contribuir a curar "las gravísimas heridas de la cultura".

El autor de Ceremonias dispersas, Las puertas de Roma o el próximo Cuentos para sentir las horas, aseguró que "no quiero transmitir pesimismo pero es como lo percibo", y es que para el escritor, la poesía sirve para materializar sentimientos, para sacar fuera "las cosas que se llevan dentro", dijo a Efe.

Afirmó hablar "con emoción" al agradecer el premio a "mi querida familia y a mis nietos Pepe, Blanca y María, que estar con ellos me sirve de entrenamiento físico y me evita ir al gimnasio", dijo entre risas. También recordó al jurado, a los finalistas y a la Asociación de Escritores Aragoneses, que le presentó; porque "los biznietos de Gracián y los tataranietos de Marco Aurelio gozan de buena salud o de mala salud de reír", dijo en referencia a los escritores aragoneses, que "tienen más importancia de lo que parece".

Numerosas personalidades quisieron arropar a Verón Gormaz en el Museo Pablo Serrano. Además de Luisa Fernanda Rudi, quien recordó que "venimos de atravesar una crisis" y que es en los momentos de dificultad cuando "los poetas nos recuerdan que es preciso reír, cantar y vivir"; asistieron políticos y representantes de instituciones como Rosa Plantagenet, Gustavo Alcalde, Javier Callizo, Humberto Vadillo, Dolores Serrat, María Victoria Broto, Fernando García Vicente o el alcalde de Calatayud; y representantes del mundo de la Cultura como José Luis Melero, Martínez Forega, Adolfo Burriel, Javier Barreiro, Eva Cosculluela, José Luis Acín, Joaquín Casanova y un largo etcétera, que aplaudieron con ganas cuando Verón concluyó su discurso: "Agradezco que estén aquí porque significa que la cultura sí les importa".